Frente a la plaza de la Terminal de Ómnibus de Rosario, una paisaje refleja claramente las situaciones de injusticia social que atraviesan la ciudad. Se trata de una familia, con cinco hijos y un nieto en camino, que desde hace varias semanas vive en situación de calle, en una carpa que montaron en el espacio verde ubicado en Santa Fe y Castellanos. Según relataron a Conclusión, fueron desplazados de su casa y de su barrio, de donde «los corrieron a los tiros», por narcotraficantes que se quedaron con la vivienda y la convirtieron en búnker.

Un matrimonio con cinco hijos, y a la espera de la llegada del primer nieto, se encuentra desarrollando su vida en un espacio público como lo es la plaza Mariano Moreno, debido al accionar de los narcotraficantes y sus «soldaditos» quienes se quedaron con su casa y lo convirtieron en un bunker.

«Hace nueve meses que nos usurparon la casa los narcos. Cuando fuimos a Tribunales para denunciar que habíamos sido corridos por narcos, no nos querían tomar la denuncia», relató el papá de los cinco chicos.

Según contó el hombre a este medio, vivían en barrio Santa Lucía. Allí fueron acosados por un narcotraficante del barrio y los «soldaditos» que trabajan para él y fueron sometidos a situaciones de violencia extrema: amenazas, ataques a balazos y el ataque a golpe a una de las hijas hasta dejarla inconsciente.

«Ellos mandan un soldadito para que venda en la esquina, en el pasillo, donde sea. El soldadito busca familia con adolescentes para que trabaje con ellos, y si tu hijo no quiere, ya sos un enemigo. Entonces ellos se fijan es tres o cuatros casas y empiezan a amedrentar. Primero te amenazan, después siguen con tiros y después te la prenden fuego».

La pareja también denunció que nunca tuvieron una respuesta de la policía. La mujer, con la voz quebrada, recordó que «tiraron un montón de tiros en mi casa» y luego golpearon a su hija. «Le pegaron a la nena, me la desmayaron, no podía respirar. Nos corrieron con una nueve milímetros, nos dispararon con una metra y la policía estaba un metro y no hizo nada».

El día a día

La joven relató que vive el día a día con lo que la gente le lleva para comer. «Cuando puede pierdo las cosas y los colchones. Y Control Urbano cada vez que pasan por acá nos echan. Y si no nos vamos, nos mandan a la policía para que nos cague a palos». «Nosotros le dijimos que se pongan en nuestra situación, yo tengo menores, está por venir un nieto, que está en camino».

En diversos momentos de la entrevista, tanto el joven como su pareja, remarcaron la imperiosa necesidad de trabajar y de acceder a alguna ayuda. «Yo les pediría a la autoridades que se fijen en la gente que anda en la calle, porque nosotros sufrimos mucho. Sufrimos el calor, sufrimos el frío, tenemos que pagar para bañarnos y por un poco de agua caliente. Que se pongan en nuestros zapatos. Yo no pido que me regalen nada. yo soy una mujer trabajadora, limpio casas, cuido chicos. Que alguien me ayude. Soy una mama de cinco hijos, está por venir mi primer nieto en camino. Estoy cansada de ir a todos lados y que nadie me escuche».