La esquina de Cafferata y Urquiza ya no será la misma. La emblemática ochava de la ciudad, denominada Osvaldo Pugliese, tomará una fisionomía diferente. Es que el tradicional bar La Estrella, uno de los más antiguos de Rosario, le dará paso a un edificio. Y con él se irán miles de historias, cafés y encuentros de los rosarinos.

El lugar será derrumbado, junto a otros dos locales aledaños del mismo dueño, para levantarse una torre. En esa cuadra ya construyeron otra torre y se proyectan dos más, aparte de la que ubicará en lo que era el bar.

Al bar acudían vecinos y dueños y trabajadores de locales de la zona. “Con compañeros de los otros locales nos reuníamos a las 16 a merendar en el bar y queríamos compartir un rato, tomar algo, ir con la computadora”, cuenta uno de los habituales visitantes del bar a Conclusión.

Recuerdan que la atención era muy buena. Ahora van a levantar un “condenado” edificio -según el comerciante- que “le quita el espíritu al barrio”. “Para nosotros era algo que nos identificaba en el barrio”. En este sentido, otro vecino expresa que “van a cambiarle la cara al barrio”.

Marcelo Volpe creció en La Estrella cuando su padre lo compró allá por 1955. Allí, contó Marcelo a Conclusión, tuvo las mejores historias -hasta 1998 cuando decidió dejarlo en manos de otros dueños-  junto a «la barra vieja»,  un grupo de amigos que se juntaban todos los días en la emblemática esquina, algunos de ellos ya partieron y otros se vieron obligados a cambiar su lugar de encuentro.

«La Estrella» fue variando. Desde el `55 fue bar, pero previo a ello fue bar-almacén, de esos típicos que existían en 1900 pero que ya no quedan rastros. En un momento, según contó Volpe, se había vuelto un bar muy futbolero a donde iban todos los hinchas de Rosario Central. «En un momento fue la esquina más canalla, de acá salían los colectivos para ir a los partidos y hasta se puso una placa», agregó. Años más tarde, la emblemática ochava pasó a llamarse «esquina Pugliese», debido a que un grupo de Fanáticos del pianista, director y compositor argentino, lo seguían a todos lados con una bandera que decía «Caferatta y Urquiza presentes».

«A la placa la sacaron ahora que están por demoler y prometieron ponerla después», recordó el histórico dueño.

De esa «Barra Vieja» solo quedan unos pocos. »  Muchos de los clientes fijos murieron. Iba mucha gente grande, hay barras completas que se han muerto todos y los que quedaron se fueron desparramando por los otros bares de la zona»,  señaló y remarcó «el barrio ya no es el mismo».

Una crisis generalizada

La caída del consumo y los aumentos en los insumos hizo que los comerciantes de los distintos sectores de la ciudad se declaren en «crisis». Ese es el caso del Centro Comercial Cafferata que, a pesar del intenso movimiento que hubo siempre en la zona, las ventas han caído notablemente.

En ese marco, los integrantes del Centro Comercial a Cielo Abierto, «Paseo Cafferata», manifestaron su preocupación y aseguraron que día a día se enfrentan a la caída del consumo y una problema con el que conviven, «la inseguridad».

«Cerraron todos los lugares emblemáticos de la zona . El Bar La Estrella, La Buena Vista y  hace dos meses bajó las persianas la histórica zapatería El Rey del Calzado, que uno de los negocios más fuertes del paseo.  No puedo mantener los gastos y no le quedó otra», contó Juanjo, un comerciante del paseo.

Y subrayó: » Se ajusta, pero no alcanza. Hay gastos fijos que no se pueden evitar y quien antes compraba tres prendas, hoy compran dos. El problema es en general, los clientes también se ajustan».