Rosario tiene un nuevo mural de Messi en zona sur: esta vez, el homenaje fue para el niño

Los artistas Marlene Zuriaga, Lisandro Urteaga, Gabriel Griffa y Aldo Vercellino diseñaron y pintaron un nuevo mural de Lionel Messi: la obra, emplazada en la enorme pared de un edificio ubicado en Sánchez de Thompson y Laferrere, muestra al futbolista de niño, luciendo la camiseta roja del Club Abanderado Grandoli, institución deportiva que se encuentra a pocos metros de allí.

Si bien para Marlene y Lisandro pintar al campeón del mundo no es una novedad –ya que son los autores del mural que está frente al Monumento a la Bandera o el que está cerca de su casa natal, en la zona sur de Rosario–, esta vez el desafío fue ilustrar al niño.

En diálogo con Conclusión, Zuriaga detalló que fueron los vecinos de la zona quienes les propusieron dejar constancia en las paredes del barrio del paso de Messi por el Club Grandoli: “Sabemos de la importancia e historia que tiene ese Leito que llega de la mano de su abuela y lo convence al técnico de entrar. Gracias a la pinturería Alba, que nos apoya en nuestros proyectos, y al apoyo de la Municipalidad, pudimos hacer realidad este trabajo”.

“Quisimos pensar cómo ese Leo chiquito habrá sentido la pasión por la pelota. Hasta el día de hoy él dice jugar a la pelota, no al fútbol, y buscamos imaginar cómo era para él disfrutar de este deporte con sus amigos. El mural tiene mucho color, nos lleva a ese sueño de la infancia, a él mismo imaginándose campeón. Arriba, cerca del cielo, hay una soga con ropa colgada, ahí está el apoyo de la familia, nadie llega solo a crecer. También aparecen manos que sostienen y contienen y hay un guiño al sol que está en el mural cerca del Monumento, presente desde su infancia y que sigue irradiándolo en la cancha”, añadió la muralista.

Los artistas comenzaron el trabajo el pasado 28 de agosto y aseguraron que aún les falta completar algunos detalles del mural. “Hubo días que, por cuestiones técnicas y del clima, como viento fuerte, no podíamos subir. Habremos estado dos o tres semanas metiéndole, había días que estuvimos hasta once horas trabajando, pero todo fue muy emocionante y a pleno”, señaló Zuriaga.

Y concluyó: “Estamos muy agradecidos con los vecinos. Brenda, del consorcio del edificio, nos abría todas las mañanas para que podamos entrar y salir. Nuestra intención era poner color al barrio. El mural también está dedicado a todos los gurises que pasan a diario viniendo a entrenar al club, a todos esos padres y madres que acompañan y también a la persona mayor que ve la obra y se siente identificada”.