La parroquia Santa Rosa de Lima está construida en los terrenos donados por Don Ramón Sánchez, en el año 1863. Cerca del templo, en aquellos tiempos existía la laguna de Sánchez o también llamada la laguna de los patos. Hoy día, en ese lugar se encuentra la escuela Normal Nro. 1.

Hasta ese momento, en materia eclesiástica, la ciudad de Rosario contaba solamente con la Iglesia Catedral. Por ese motivo, Sánchez llevó adelante la gestión con sacerdotes Franciscanos, quienes gestionaron con las autoridades episcopales de Entre Ríos, ya que la provincia de Santa Fe en aquellos tiempos no tenía su propia diócesis. El obispo monseñor Luis José Gabriel Segura vio propicio el pedido de Sánchez que se establezca en sus terrenos una iglesia para el culto y también un hogar para niños.

Así, en el año 1864 se autoriza la bendición de la piedra fundamental del templo, siendo en sus inicios una capilla pequeña. Recién el 19 de febrero de 1888 se obtiene el título oficial de parroquia. Se celebró ese día la inauguración, juntamente con el primer bautismo, a instancias del padre entrerriano José Recalde, quien fue su primer párroco hasta el año 1905.

Posteriormente, lo sucedió como sacerdote monseñor Natalio Bértolo, de la ciudad de Santa Fe, quien estuvo casi 50 años a cargo. Durante estos años, Bértolo embelleció mucho la iglesia. Encargó un gran órgano de tubos de Italia, que tocaba él mismo en las celebraciones de las misas. En los laterales del templo, hizo construir muchos altares llamados retablos y en 1923 la feligresía de la parroquia le regaló el retablo de mármol de carrara.

¿Quién fue Santa Rosa de Lima?

Rosa fue la primera santa reconocida por la iglesia de toda América. Isabel Flores de Oliva -tal su nombre original- nació en la ciudad peruana de Lima el 20 de abril de 1586, falleciendo el 23 de agosto de 1617, a los 21 años de edad. Se la llamaba popularmente como Rosa, ya que su «nana» le decía que era una niña tan hermosa como una rosa.

Rosa descubrió un llamado interno que marcó la vocación de toda su vida. Sentía que debía congregarse a Dios y a toda la gente que necesite ayuda. 

Tiempo después, descubrió un llamado interno que marcó la vocación de toda su vida. Rosa sentía que debía congregarse a Dios y a toda la gente que necesite ayuda, y que no tenía vocación matrimonial como sus hermanos. Comenzó a utilizar un hábito y se incluyó en la orden domínica como terciaria laica, sin ingresar al convento como novicia. También se construyó un oratorio, en donde permanecía muchas horas, rezando por toda la gente necesitada. Por otro lado, ocupaba mucho tiempo cociendo para la iglesia y sus padres, y como sentía mucha compasión por las personas enfermas, les brindaba su asistencia a los dolientes, visitándolos y atendiéndolos.

Durante su vida, en ciertos momentos usaba una corona de espinas y en ocasiones cargaba una cruz, para representar la vida de Jesús en su pasión. Ella sentía que esas acciones eran reparaciones, para compensar la incredulidad de las personas no creyentes y por las ofensas recibidas por Jesús durante su vida.

En diálogo con Conclusión, el padre Luis Boccia contó la historia de la parroquia, desde sus comienzos hasta la fecha, con anécdotas acerca de los párrocos que fueron pasando por el templo. También relató la maravillosa vocación de Santa Rosa hacia Dios y hacia las personas más sufridas, hasta su muerte.

El siguiente video es una gentileza de Proyecto Panaca y brinda una ilustrativa animación acerca de la vida de Santa Rosa de Lima.

 

GALERÍA DE FOTOS DEL INTERIOR DE LA PARROQUIA: