Desde las islas frente a Rosario pertenecientes a la provincia de Entre Ríos, frecuentemente llega un humo generado por la quema de pastizales para la cría y el engorde de ganado. Esto ocasiona problemas a la salud, sobre todo a quienes padecen alguna afección previa, además de la imposibilidad de circular por la ruta que une Rosario con Entre Ríos y el serio daño al ecosistema de la zona.

El Laboratorio de Medio Ambiente de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) realizó mediciones de la calidad del aire en la ciudad de Rosario, desde el 11 al 15 de junio -momento de mayor intensidad de fuego en las islas- y registró valores de contaminación cinco veces mayores a los permitidos en la normativa provincial. «Se trata de una devastación del ecosistema», enunciaron desde el Laboratorio.

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“Se hace una medición gravimétrica y se toma 16.5 litros por minuto”, explicó el director del proyecto, el ingeniero Rubén Gabellini, en entrevista a Conclusión. A partir de este registro la contaminación fue «cinco o seis veces mayor a la permitida«, detalló el docente.

«Si sumamos los efectos antropogénicos del hombre a la problemática que tenemos en la ciudad de contaminación ambiental, estamos sonados«, analizó el responsable del Laboratorio.

Así pues, el Laboratorio de Medio Ambiente comunicó que «el impacto que produce tiene un alcance que excede las inmediaciones donde se generó, ya que las partículas respirables se han trasladado por efecto del viento a una distancia de hasta 60 kilómetros, lo que se conoce como Efecto paragua».

«El cuidado del ambiente tienen que ser una política pública tanto de Municipio, Provincia y Nación. Creo que acá hay medidas para tomar. Hay que estudiarlo y tomar conciencia porque si nosotros no cuidamos el planeta no va a venir nadie a cuidarlo», reflexionó el docente. Y consideró que «el Estado debe controlar, para que estemos sanos».

Calidad de aire dañina

El Proyecto de Alerta Temprana (SAT), integrado por meteorólogos aficionados, también analizó la calidad del aire en Rosario y alrededores. Según la información obtenida, el domingo 14 de junio, en la zona cercana a Baigorria, se registró 120 ug/m3 (valor que expresa la concentración de contaminantes en el aire), lo que representa que el ambiente es dañino para la salud para grupos sensibles, siendo menos de 100 dañino para la salud de la población en general.

Al día siguiente, en el sector de La Florida se detectaron valores similares, y en la costa de Granadero Baigorria la calidad del aire fue «moderada».

Uno de los responsables de SAT y titular de la estación meteorológica de Granadero Baigorria, Jorge Giometti, precisó: «El viento ha traído el humo hacia las zonas urbanas y es lo que aviva el fuego, y cuando la temperatura es elevada la vegetación que está por delante empieza a arder casi espontáneamente«, a la vez que señaló que “los grandes núcleos urbanos tienen como una cúpula de calor, que ha hecho elevar el humo, y cuando se enfría cae, y pueda caer en pueblos vecinos.

«Hace unos meses agregamos un medidor de partículas, que detecta partículas de 2.5 millonésimas de metro, o sea, tan pequeñas casi como una bacteria. Esa partícula al ser tan pequeña penetra a los albeolos pulmonares y puede terminar en el torrente sanguíneo», refirió Giometti.

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Para el estudioso de los fenómenos climáticos, los datos recabados son fundamentales para elaborar una respuesta al problema. «Si bien los valores fueron elevados, aunque no lo hubiesen sido, también hay que tener en cuenta la cantidad de horas a la que uno está expuesto al humo. Y sobre todo en días en los que el viento lo trajo a la ciudad, fueron muchas las horas de exposición«, enfatizó.

En cuanto a las causas de los incendios, apuntó: “Tenemos un río muy bajo, por lo que toda la vegetación acuática se encuentra fuera de su medio, por lo tanto está seca, y una temporada con poca lluvia. Todo fue propicio para que una vez que empiece el fuego sea prácticamente imparable«.

“La lluvia apagó algunos de los focos ígneos, pero otros permanecieron porque la vegetación seca es una especie de colchón, entonces el foco permanece en la parte baja, quedando a la espera de que las condiciones de viento lo vuelvan a encender«, añadió Giometti.

 

Irritación

La exposición al humo, según los especialistas afecta las vías respiratorias. Sobre todo de quienes ya poseen una condición previa. Tal es así que los casos de consultas por broncoespasmos o crisis asmáticas en los efectores públicos de Rosario han aumentado durante el mes de junio.

Si bien desde la Secretaria de Salud no pueden asegurar que hayan estado directamente relacionadas con la inhalación de humo, Silvia Marmiroli, subsecretaria de la cartera, reconoció que «seguramente alguna incidencia de esto tuvo».

En charla con este medio, el neumonólogo Ricardo Oyola explicó que «las personas con problemas respiratorios son las más afectadas por las partículas que caen de las cenizas, que cuando el viento viene hacia Rosario, las sufrimos todos». «A los pacientes asmáticos o con EPOC, por ejemplo, esto le irrita las vías respiratorias y pueden descompensarlos«, clarificó. «Si estuviésemos constantemente con el problema nos podría enfermar», remarcó.

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«Aquellos que pueden no tienen que salir de la casa», recomendó el especialista. Aunque consideró que las partículas pueden ingresar al hogar e «irritar». En el mismo sentido se manifestó Mirmiroli: «Más allá de que las personas puedan tener distinta tolerancia al humo, es importante que tratemos de, en los momentos en que se nota el ambiente muy cargado, permanecer adentro. El humo está formado por gases y partículas finas que penetran fácilmente y, así como penetran en los ambientes, lo hacen en los pulmones».

En un marco de pandemia, Oyola subrayó que el humo «agrega una agresión a las vías respiratorias, que se suma al frío«. En cuanto a esto el doctor expresó que el uso de barbijo fue beneficioso debido a que limita el ingreso de partículas del humo al organismo.