Este jueves al mediodía, como tradicionalmente se estila, se remató el primer lote de soja del año en la Bolsa de Comercio de Rosario. En ese marco, organizaciones sociales y políticas convocaron a una manifestación a las puertas del edificio ubicado en Córdoba y Paraguay, bajo la consigna «cosecha récord, pobreza récord».

«La recaudación es récord por el precio internacional de ela soja Sin embargo, mientras ocurre esto, Rosario es el segundo conglomerado con más pobreza del país- señaló la concejala Luz Olazagoitía.

En ese mismo sentido también se expidió la ex diputada Mercedes Meier, que remarcó que «en Santa Fe tenemos la gran contradicción de ser una de las provincias con más riqueza del país y una de las más desiguales con niveles de pobreza récord». Y agregó que «estas desigualdades están basadas en que un puñado de empresas exportadoras facturan $226.582 por minuto, mientras no pagan impuestos, entran en moratoria o directamente hacen lobby para que las leyes no las toquen».

Durante la protesta, los manifestantes se pronunciaron en contra del modelo agroextractivista y los agrotóxicos, y apuntaron que es fundamental que los ciudadanos comprendan que es un modelo que trae graves consecuencias a la salud y el medioambiente.

«A nosotros nos gusta decir que este modelo agroproductivo es autodestructivo», expresó a Conclusión Fabián Coppiz, de la ONG Conciencia Solidaria.  «Tengamos en cuenta que hay 17 millones de hectáreas de soja en la Argentina, mil veces la ciudad de Rosario. Hablamos de un modelo que nos trae como consecuencia inconvenientes en la salud, la salud no se negocia, es algo que tenemos que empezar a entender».

Coppiz rememoró que este modelo, «este paquete tecnológico en el cual una gran cantidad de agrotóxicos son vertidos en la tierra, semillas trasngénicas son sembradas y se utiliza la siembra directa, fue vendido en su momento como una solución». «Pero lleva más de 20 años, y sigue trayendo pobreza. En un país donde el 40% de la gente vive bajo la línea de pobreza, es importántisimo que tomemos conciencia de que este modelo no está llevando a ningún lado al pueblo. Sí a unos pocos. Eso es lo que trae, aumenta la desigualdad, ni hablar de los problemas a la salud malformaciones, cáncer, fumigaciones, inundaciones… tenemos este ciclo entre inundaciones y sequía, lugares como Marcos Juarez en la provincia de Córdob, provincia sojera por excelencia, que en 1980 tenía aproximadamente 66.000 hectáreas plantadas con este monocultivo y hoy por hoy tiene cuatro veces más, 366.000 hectáreas plantadas en esa localidad que, paradójicamente, la semana pasada se vio totalmente desbordada con inundaciones», detalló.

Por su parte, Lisandro Citta, militante del Partido del Trabajo y del Pueblo enfatizó que se trata de un modelo que «destruye el ambiente y la salud de la gente». «Se hace en pos de un progreso y un desarrollo que en Rosario generó 516,000l pobres. En la ciudad por donde se exporta y este año se van a recaudar 5.000 millones de dólares más, hay 516.3000 pobres».

Citta manifestó además que ess 5.000 millones de dóalres van a las arcas de un 2% de los tenedores de la tierra. «Un 2% tiene el 60% de la tierra y, a la vez, todo lo que es producción se va a manos extranjeras. Tenemos 18 puertos privados en el Paraná que exportan la soja entonces lo que hay que poner en discusión es un modelo que contamina, destruye la salud de la gente, la flora, la fauna, el río y encima no resuelve ninguno de los problemas de la Argentina».

Los dirigentes argumentaron que hay diversas formas de poner coto a estas monstruosas diferencias. Por ejemplo, los puertos no pagan ingresos brutos. «El 75% de esta recaudación, que va a ser 130.000 millones de dólares, está en Santa Fe, donde los puertos no pagan ingresos brutos. Cargill, que recauda alrededor de 40.000 millones de dólares no paga el ingreso bruto que paga un kiosco o un almacén. El negocio que hoy se está fundiendo, lo paga pero Cargill no. Si la provincia se pondría solamente a recaudar esos ingresos brutos se podría sacar por lo menos un plato de comida para la mitad de los pobres, ni hablar que se podría invertir en planes de vivienda, o mejoras para los docentes que están dando clases sin elementos».