Por Alejandro Maidana

En el año 2012, un grupo integrado por hermanas y hermanos de distintas etnias que habitan el territorio rosarino, iniciaron un enorme y necesario desafío, para que las personas que integran esas comunidades puedan tener acceso a una humana calidad de vida. Luego de distintas reuniones con el gobierno municipal, lograron darle vida a una ordenanza, la N° 9119 que sería aprobada en 2016.

Esa normativa vigente sostiene que debe crearse un espacio gubernamental dentro de la Municipalidad de Rosario para poder discutir las distintas problemática que atraviesan a los pueblos. Lamentablemente, dicho espacio es presidido por una persona «no indígena», cuando lo que siempre se persiguió es que al frente esté alguien perteneciente a las etnias que integran el Consejo de Coordinación y Participación de Políticas Públicas Indígenas de Rosario.

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Es así que la necesidad de visibilizar la realidad que abruma la existencia de nuestros pueblos originarios, siguió adelante, en esta oportunidad concretando un plenario. Cabe destacar que la administración total de la Dirección de Pueblos Originarios debería estar a cargo de aquellos que conocen en profundidad la lucha que vienen dando hace siglos; sin embargo, ese derecho sigue sin conquistarse.

El reclamo es harto conocido: mejoras habitacionales, agua potable, trabajo, pavimento, difusión tangible de las distintas actividades culturales y ancestrales que su rica historia posee. El Estado mantiene una añeja deuda para con los pueblos que fueron corridos hacia los márgenes de la historia «blanca», esa hegemonía que hizo de la desmemoria un culto al que muchos, por ignorancia o conveniencia, le siguen rindiendo pleitesía.

Una reunión plenaria que invitó a reforzar lazos

Este miércoles 10 de febrero en la Plaza de las Ceibas (Córdoba y 1° de mayo), se llevó adelante una reunión plenaria de Pueblos Indígenas que se convertiría en histórica. “Con la presencia y participación de distintas hermanas y hermanos que se encuentran afincados en esta querida ciudad de Rosario, una sociedad a la que abrazamos y valoramos, pudimos confluir en un actividad plenaria a casi un año de la masiva movilización de pueblos que se realizó el año pasado. El reclamo sigue siendo el mismo, exigimos participación directa en las decisiones políticas, lamentablemente desde el municipio nos siguen desoyendo”, sostuvo Luis Báez, integrante de la comunidad moqoit y vocero del Consejo Indígena de la ciudad.

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No mendigamos nada, exigimos lo que nos corresponde, debemos ser nosotros quiénes decidamos sobre el destino de nuestros pueblos.

Un llamado insistente, un grito que proviene desde las entrañas mismas de una tierra que sigue postergando los derechos de aquellos que no se resignan. “Existe un vacío enorme en torno a la inclusión de políticas públicas hacia el interior de las comunidades, necesitamos agua, tierra, trabajo, no formamos parte de ningún programa laboral. Le insistimos al intendente que incluya al pueblo, Qom, Moqoit, Mapuche y Coya en su programa de gobierno, la plenaria de hoy sirvió de ariete para fortalecer nuestros reclamos y repensar estrategias”.

Una ordenanza que oficia de punta de lanza para un legítimo reclamo que se extiende y consolida. “El reclamo puntual es la reglamentación de la 9.119, no puede ser que el Gran Rosario al día de la fecha y con más de 32 comunidades  existentes en estas tierras, no se avance en lo antes mencionado. No mendigamos nada, exigimos lo que nos corresponde, debemos ser nosotros quiénes decidamos sobre el destino de nuestros pueblos. Somos referentes de las comunidades tradicionales de esta ciudad, los gobiernos están de paso, por eso hoy es Pablo Javkin quién tiene el poder para incluirnos en la toma de decisiones en torno a políticas públicas”.

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Este gobierno municipal cuando necesitó de votos recorrió nuestros barrios, organizaciones, instituciones, iglesias y cooperativas, pero a la hora de discutir sobre la calidad de vida que requieren las comunidades, hace oído sordo.

Interlocutores que pertenezcan a la comunidad, allí mora una de las críticas más furiosas que se le realiza al gobierno municipal. “La Dirección de Pueblos Originarios de Rosario debe estar encabezada por una hermana o hermano de la comunidad, para que sea ella o el quién decida sobre las políticas públicas que deben abrazarnos. La verdadera realidad no es la que se cuentan en los medios imperantes, sino aquella que nos toca vivir, estamos acorralados por la basura, por la falta de agua y de viviendas. Con pervivencia y persistencia los pueblos unidos seguiremos luchando, no nos vamos a rendir, queremos que se nos reconozca, que se reglamente la ley”.

Para concluir, Luis Báez acercó una última reflexión: “Es repetitiva y antojadiza la práctica, pero este gobierno municipal cuando necesitó de votos, recorrió nuestros barrios, organizaciones, instituciones, iglesias y cooperativas, pero a la hora de discutir sobre la calidad de vida que requieren las comunidades, hace oído sordo. Nos impulsa la dignidad, es por ello que no vamos a claudicar”.