Aunque preferentemente en verano, el helado es uno de los postres favoritos y más consumidos por los argentinos. No hay momento, lugar o situación que valga cuando se trata de deleitarse con este dulce alimento congelado.

Además, el helado artesanal argentino es una impronta gastronómica que representa al país en todo el mundo. Según la última encuesta realizada por la Asociación Fabricantes Artesanales de Helados y Afines (AFADHYA) en 2023, entre 1.200 personas, casi la mitad de los argentinos comen helado dos veces a la semana o más. Debido a esto, la asociación estimó que en la Argentina se consumen 6,9 litros por persona al año. Esta cifra deja en evidencia, una vez más, el gusto que existe en el país por esta delicia de la gastronomía.

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¿Por qué el Día Internacional del Helado se celebra el 12 de abril?

Con el fin de impulsar su consumo y de homenajear al helado, la Asociación Internacional de Alimentos Lácteos propuso el 12 de abril como su efeméride.

En el caso de Argentina, los heladeros invitan a todos los amantes de este postre a visitar las heladerías para disfrutar de la celebración y, a su vez, contribuir a los negocios que producen este alimento considerado como Marca País a nivel internacional junto al turismo, la cultura y la gastronomía.

¿Cuál es el origen del helado?

Los orígenes del helado varían. Pero uno de los primeros antepasados del postre que conocemos hoy en día se cree que surgió en China, miles de años antes de Cristo. La mezcla parecida al helado era formulada con nieve traída de las montañas, frutas, miel, pasta de arroz y especias. Debido al arduo trabajo de conseguir la nieve, ese alimento era únicamente para consumo de la clase alta.

Se le atribuye al reconocido viajero, Marco Polo, la llegada de esa preparación a la Italia del siglo XIII. A partir de ese momento, el helado, o gelato, se popularizó en todo el continente europeo. De todas formas, se trata de suposiciones, ya que ningún documento escrito describe el misterio del verdadero origen del helado.

En cuanto a los romanos, crearon algo más parecido al “sorbete”, fabricado con nieve, frutas y miel. Sin embargo, al no incorporar la pasta de arroz, faltaba esa firme consistencia característica que posee el helado actual.

Asimismo, los datos más fieles sobre su creación se remontan a la segunda mitad del siglo XVII. El cocinero y empresario Francesco Procopio dei Coltelli creó una máquina que unía hielo, azúcar y frutas en una mezcla homogénea y, posteriormente, abrió en París la que hoy se considera como la primera heladería, el Café Procope. Rápidamente sus creaciones heladas, junto con las variedades de café que vendía, se hicieron conocidas en toda la ciudad.