A mediados del mes de mayo, la Iglesia Católica reabrió sus  templos para rezos individuales y confesiones, sin celebración de misas u otros rituales comunitarios, así lo habían acordado entre el gobierno nacional y las máximas autoridades de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) en una reunión en la Casa Rosada, en el marco de la pandemia por el coronavirus.

Ahora, Rosario pasó a la fase de distanciamiento y las misas podrían celebrarse con mayor cantidad de fieles. En un principio eran diez, ahora a través de un decreto que solo necesita la firma del Gobernador, pasarían a 30 los asistentes a las iglesias.

Con respecto a ello, el párroco de la Catedral de Rosario, padre Osvaldo Macerola, se mostró expectante por la aprobación del proyecto y aseguró que “los protocolos sanitarios serán siendo los mismos”.

“Les pedimos que sigamos cuidándonos, todo este tiempo que hemos tenido de cuidado sanitario y demás nos ha permitido estar en una situación, más o menos contralada. Así que no relajamos las medidas sanitarias y seguiremos con el mismo protocolo, la aplicación del alcohol en el ingreso, la limpieza de los zapatos, una persona por banco y el uso de barbijos”, detalló el párroco.

Asimismo, Macerola aclaró que hubo algunas modificaciones en las iglesias como, la ausencia de agua bendita para evitar contagios, la comulgación y el rito de “la paz” en el cual se determinó que no habrá saludo.

“La gente busca mucho a Dios y durante este tiempo que lo hemos por streaming, es mucha la gente que participa de la misa y mucha la gente que se acerca a colaborar”, manifestó el religioso.

Con respecto a las misas, cada parroquia organiza su cronograma dependiendo de la cantidad de fieles. En tanto, la Catedral tiene tres misas diarias durante la semana y durante los fines de semana, cuatro los sábados y seis los domingos.