Lo que debía ser un acto contra la No Violencia, terminó siendo todo lo contrario. Una vez más la Iglesia Catedral de Rosario fue el blanco de un grupo de anarquistas -supuestamente participaban de la marcha- quienes pintaron con aerosoles las paredes a modo de protesta.

Los mensajes fueron escritos en color rojo y en protesta contra las instituciones en general. “Aborto libre”, “Cura violín”, “Fuego a la iglesia, al Estado y al capital”, «Iglesia Asesina», fueron algunas de las inscripciones que quedaron grabadas en la fachada del edificio, arruinando los muros del inmueble.

Ángel Fava, referente laico de la comunidad de la Catedral y testigo de lo ocurrido, consignó al programa «El primero de la mañana» de La Ocho: «Estábamos en la Catedral porque era horario de misa y tuvimos que cerrar las puertas. Empezaron a tirar bombas de estruendo. Los chicos con la cabeza tapada se trepaban a las paredes, las mujeres bailaban con el torso desnudo y los senos al aire. Hasta ahí todo bien, pero en un momento empezaron a pintar el frente, entonces me acerqué, saqué foto con el celular y me rodearon, me dijeron facho», contó Fava.

Según su relato, al observar esa acción se acercó a un patrullero que estaba estacionado sobre Córdoba antes de Buenos Aires. «Me acerqué al jefe policial y le dije ¿usted no ve que siguen pintando y rompiendo todo? Y me respondió que no podía actuar, que le bajaban líneas. Eso me sorprendió».

«Estuvieron una hora y media causando daños y la policía no actuó. Los inspectores de la Municipalidad hasta cortaron el tránsito en Buenos Aires y Rioja. Esto se arreglaba si ponían un patrullero en la puerta y los tipos no tiraban más bombas», agregó.

«Cuando pregunté si podían llamar a otros móviles me dijeron que no, que no estaban para eso. Entonces lo que verdaderamente me preocupa es no saber dónde tengo que pedir auxilio si me pasa algo«, finalizó el referente.

Por su parte, el monseñor Eduardo Eliseo Martín, arzobispo de Rosario designado en julio por el papa Francisco, también habló en La Ocho y dijo que el hecho fue «algo lamentable».

«La Iglesia puede tener muchos enemigos pero ella no es enemiga de nadie. Rogamos por ellos, para que el Señor les muestre el error», agregó Eduardo.

Cuando fue consultado sobre las reparaciones de los daños dijo que ya «había hablado con el Secretario General y que iban a tratar de resolverse durante las próximas horas».