Más de treinta pescadores en la zona del espigón frente al club Regatas Rosario y a pocos metros del recientemente inaugurado Acuario Río Paraná en la zona norte de la ciudad dialogaron con Conclusión y reclamaron que si «bien algunas obras se materializaron como vínculo en un principio entre la Asociación Civil el Espinillo y el vivero ictícola, con el transcurrir del tiempo no se concretaron».

Así lo aseguró Juano, uno de los pescadores de ese lugar, quien desde niño comenzó a incursionar en la pesca junto a su padre y hermanos, y hoy, al igual que sus compañeros esta actividad es el sustento de muchas familias.

«Eramos 280 personas en la Asociación y hoy quedamos pocos. Cuando nos convocaron para el proyecto (Acuario) nos dijeron que iban a dar mejoras pero muchas no fueron cumplidas«, resaltó Juano.

Antes de este proyecto, los pescadores se ubicaban junto al espigón lindero al club Regatas Rosario. Ahí fabricaron ranchadas con toldos y chapas improvisadas pero luego la municipalidad se los retiró, cuentan.

«También nos prometieron una pecera de vidrio para cuando viene el invierno y bajan las temperaturas», continuó Juano, «pero volvimos a poner los toldos y hacemos fuego con troncos para calentarnos en la noche porque los lances de los compañeros se realizan durante todo el día, por turnos estipulados. Es decir que trabajamos cada uno de nosotros con su turno pero las 24 horas del día».

En la recorrida que hizo Conclusión en el puerto de pescadores se observaron unos diez pilotes de madera con una altura de aproximadamente diez metros, cuyas bases se encuentran clavadas en forma escalonada a varios metros de la orilla e ingresando al río. En un principio se construyeron con el objetivo de sujetar las pontones de gran porte con el fin de amarrar las canoas que hoy llegan hasta la orilla del río. No obstante, Prefectura Naval todavía no les otorgó el permiso correspondiente para tal fin y actualmente son utilizadas para ofrecer y vender el pescado al público.

En el ingreso al predio construido para el acuario existe un cartel indicativo que dice: «Acuario Río Paraná». «Puerto de Pescadores».»Horario de funcionamiento de 8 a 19″.

«Ese es el horario que nos pusieron para nosotros y para el público, el espacio es público, los baños son públicos y la zona de ingreso a la cocina en donde podríamos tomar algo caliente o preparar alguna comida se encuentra cerrada, no la conocemos», comentó Juano.

«También estaba proyectado un puente entre el espigón y el terreno del acuario para que el público y los turistas pudieran ver desde arriba el trabajo que realizamos nosotros cuando llegamos de los lances y puedan ver y elegir nuestros productos, nada se cumplió», relató Juano.

«Y se pensaba construir una caleta con el objetivo de albergar 70 canoas para que el pescador ya no pague guardería porque es un costo muy alto. Lo menos que te cobran es de mil a dos mil pesos. Se imaginan si a nosotros nos pagan de 3 a 5 pesos el kilo de sábalo, ¿cuántos kilos tenemos que vender para cuidar nuestras herramientas de trabajo y poder pagar una guardería náutica? Es mucho para nosotros pagar una guardería de lanchas», concluyó Juano.

Desde hace muchos años y con una gran voracidad de intenciones políticas privatizadoras, se fueron cerrando todos los ingresos públicos y gratuitos hacia las costas del río. De esta manera, no quedó otra alternativa que caer con las embarcaciones a motor o a remo en las caletas de los clubes que le ganaron en forma ilícita muchos metros de terreno al río Paraná o ingresar por las guarderías privadas que se encuentran enclavadas sobre las costas ribereñas.

Desde el «Acuario Río Paraná» y en diálogo con Conclusión, su director, Andrés Sciara, resaltó que «se reconoce al pescador artesanal como un actor social y cultural de nuestra zona que aporta su conocimiento en pos de la soberanía alimentaria. Trabajamos en ese ámbito lo que es el consumo responsable y la sustentabilidad del recurso pesquero integrando este mensaje a las diferentes propuestas del Acuario».

En ese sentido, continuó Andrés Sciara, «estamos diseñando soluciones alternativas consensuadas con los pescadores para seguir mejorando sus condiciones de trabajo y el intercambio de saberes con el Acuario».

Con respecto al horario, Sciara manifestó: «Este espacio público tiene una organización de horarios y espacios por cuestiones operativas, de limpieza y seguridad ciudadana».

«Debemos hacer frente a la imposibilidad temporal de colocar las pasarelas y pontones en el agua. Esta obra la empresa contratista ha tenido que postergar su avance debido al retraso en el otorgamiento del permiso para la realización de la obra, aún pendiente. Pero según informaron los responsables de la misma habrá novedades en las próximas semanas», adelantó.

Por último, destacó Sciara que «en simultáneo, estamos desarrollando actividades de Capacitación de Jóvenes en reparación de motores en el marco del Programa Nueva Oportunidad. Actividades colaborativas que nos permiten avanzar en conjunto en los múltiples desafíos que implica la mejora continua y la integración social sustentable de la actividad de la pesca y su comunidad».