Por Florencia Vizzi

Luciano Moreno tiene 33 años y padece obesidad mórbida. Y por ello, sufre una significativa cantidad de trastornos físicos y enfermedades derivadas de esa patología. Se encuentra internado en el Hospital Roque Saénz Peña con una importante infección en una de sus piernas producto de un edema que no deja de repetirse y, a pocas horas de recibir el alta, él y su familia piden ayuda para que lo reciban en alguna institución médica en la cual pueda empezar un tratamiento que le permita cambiar su vida.

«Mi hijo hace seis meses que está recluido en su habitación, no sale para nada y hay que asistirlo en todo. Pero, por primera vez que él tomo la determinación y está dispuesto a empezar un tratamiento. Pero ese tratamiento tiene que ser con internación, porque ya ha hecho otros ambulatorios y no le sirven», contó a Conclusión Ángela, la angustiada mamá de Luciano.

El lunes pasado, Luciano tuvo que ser internado a causa de la grave infección provocada por el edema de una de sus piernas. «Los edemas se le hacen por el gran peso que soportan las piernas. Se le acumula gran cantidad de líquidos y cuando eso se agrava se le infecta. Tiene una bola gigante que debe pesar más de 50 kilos. No se dan una idea de lo que pesa, cuando tenemos que subirle la pierna a una silla, lo hacemos entre dos. Hay días que esa bola que tiene en la pierna drena litros y litros de agua. No hay ropa, ni cama ni lugar donde pueda estar porque es un charco donde está el. Y eso se convierte en un foco infeccioso», explicó la madre del joven.

A causa de esa infección ya fue internado varias veces, pero los médicos vienen advirtiendo que el cuadro se agrava cada vez. Luciano tiene las defensas bajas y corre un riesgo cierto de que la infección se generalice. «Los médicos que lo atienden se lo dijeron claramente. ‘La próxima vez te morís, Luciano’. Por esa razón él necesita empezar un tratamiento urgente. En las condiciones que está ahora le quedan pocos meses de vida», detalló la mujer con desesperación.

Según el relato de la madre, el joven lleva varios meses recluído en su habitación y necesita asistencia permanente para cualquier tipo de actividad, por más sencilla que sea. Y cada vez se encuentra más débil y su salud empeora. Por esta razón es tan importante que empiece una terapia que le permita perder peso para realizarse una cirugía que sane su pierna y luego avanzar a una ‘manga gástrica’.

Ángela hace hincapié en que el «tratamiento ambulatorio no le dio resultado» y por eso necesita una internación. «Él ya hizo un tratamiento ambulatorio y a un año y pico después llegó a los 350 kilos. Necesita un control permanente y estar internado para poder llevarlo adelante. Hemos pedido lugar en el Hospital Provincial y en el Anselmo Gamen en Villa Gobernador Gálvez. Y siempre nos contestan que no hay cama, que no hay lugar. Los trámites los empezaron aquí mismo, desde este hospital, donde nos atienden de maravillas. Pero siempre la respuesta es la misma. Hoy hablé con una asistente social del Provincial y me sugirió un recurso de amparo. Pero nosotros no tenemos los recursos para esas cosas», explicó la mujer.

Después del alta

Ángela estima que es muy posible que en un día más Luciano reciba el alta médica. Y después de eso, las cosas se pondrán peor.

«Acá no lo pueden tener más porque corre más riesgos de infectarse ya que tiene las defensas muy bajas. Entonces, si mañana nos dan el alta lo vamos a llevar a casa. Y ahí va a volver a empezar todo otra vez. Otra vez recluído, otra vez aislado en una pieza de donde no se puede mover… Es angustiante para él, para la esposa y para nosotros, que vemos a un hombre joven, de 33  años, postrado. Es desesperante para él porque está en un callejón sin salida» señaló con tristeza la madre.

«Nosotros lo que necesitamos es que le den lugar en algún Hospital, que pueden ser el Centenario o el Provincial o el Gamen. Cualquiera de esos tienen salas acondicionadas y terapeutas capacitados para atender a obesos mórbidas. Nosotros no tenemos recursos, dependemos de que la salud pública nos de un lugar para que mi hijo no se muera».

 

Ángela detalló que para poder practicarle una manga gástrica, Lucianotiene que hacer un largo camino, tiene que bajar mucho más de 100 kilos para poder llegar a la cirugía. Y también para poder asistirlo y operarle la pierna. «Eso es lo más urgente y lo que ahora pone en riesgo su vida. Porque eso se infecta constantemente, y si esa infección se le extiende no tiene retorno. Eso es lo que más preocupa a los médicos».

Durante la conversación, la mamá de Luciano repite varias veces su agradecimiento a los médicos del Roque Saénz Peña. «No tengo palabras para describir la dedicación con que lo atendieron y por eso lamento tanto que no lo puedan atender aquí. Es el único lugar en el que lo atienden con preocupación cada vez que llega con fiebre y descompensado», remarcó.

«Pero ahora -prosiguió- necesitamos que lo reciban y lo ayuden para que pueda salvar su vida. Yo al principio no entendía como era esta enfermedad, lo pasé con mi marido y pensaba que todo se arreglaba con cerrar la boca. Pero no es así. Con el tiempo entendí que es una enfermedad que es peor que cualquier adicción, porque uno puede dejar de fumar y vivir sin cigarrillos, sin drogas, sin alcohol, uno puede salir de esas adicciones y vivir sin esas cosas. Pero  uno no puede vivir si comer, entonces es muy difícil. Es la peor adicción que hay. Por eso él tiene que internarse para superarla.»