La Justicia de Rosario dio lugar al amparo presentado por el Centro de Derecho Urbanístico, para que la Municipalidad de Rosario, en carácter de órgano de control, haga cumplir la prohibición de la circulación de bicicletas por bulevar Oroño y el paseo ribereño del Parque de España ya que las mencionadas sendas deben ser destinadas en forma exclusiva al tránsito de peatones.

La resolución, que se conoció este martes, fue expedida el pasado 11 de abril por la magistrada María Silvia Beduino, titular del juzgado Civil y Comercial N° 17, luego que de que el Centro de derecho urbanístico de Jorge Mirosevich interpuso una acción de protección de intereses difusos para que el Ejecutivo municipal “ejerza el poder de policía que le corresponde, a fin de prevenir posibles accidentes”.

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La magistrada admitió la acción interpuesta en reclamo del cumplimiento de la Ley orgánica de municipalidades, el Código del peatón y el Ordenamiento vial para ciclistas a fin de tutelar la vida y seguridad humana, la salud pública y la calidad de vida urbana.

En los fundamentos de la resolución judicial, que consta de diez páginas, la jueza señala que “en las sendas peatonales, que son sólo para peatones en general y en lo que aquí interesa la del bulevar Oroño y la del paseo peatonal ribereño del Parque de España está prohibido circular de ninguna otra forma que no sea caminando».

Agrega que tal prohibición no se cumple ni se respeta en lo más mínimo ya que especialmente bicicletas y también patines y monopatines a tracción de sangre circulan por dichas sendas con absoluta libertad y reclama que “existiendo personal de la Guardia Urbana Municipal (GUM) que controla el cumplimiento de los protocolos de pandemia, no los detengan a los infractores”.

El escrito aduce que la razón por la que existe dicha prohibición es manifiesta: “Las personas circulan libremente por lugares donde se supone que sólo las personas pueden circular, lo hacen solos o con niños, siendo éstos últimos blancos móviles de las bicicletas que aparecen de atrás sorteando obstáculos, jugando a pasar sin embestir a nadie”.

Mirosevich, en tanto, argumentó que los peatones tienen que estar atentos porque “usualmente aparece una estructura metálica en movimiento que entre su propio peso y el del conductor puede llegar tranquilamente a los 100 kilos y los puede atropellar”, representando un peligro principalmente para niños y ancianos.