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No hubo ringside de por medio pero no hizo falta para que se produzca otro hecho poco habitual en la sesión del Concejo Municipal de Rosario.

Cuando restaban votarse cinco expedientes correspondientes a la nómina «sobre tablas», es decir los que se suman por fuera del orden del día el mismo jueves en la comisión de Labor Parlamentaria, que funciona previo a cada sesión, la misma debió darse por finalizada por no reunir la cantidad de ediles necesarios para votar el tipo de expedientes que cerraban la lista, entre ellos algunos decretos que requieren mayoría especial. Con todo, se pudieron reunir 20 ediles, quedando al borde del quórum, pero sin él.

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Entre los proyectos que quedaron truncos está la gratuidad del transporte que iba a decretarse para el próximo lunes 16 de septiembre, cuando se conmemore un nuevo aniversario de la noche de los lápices, para que quienes quisieran asistir (mayormente estudiantes) no se toparan con la barrera geoeconómica, sobre todo en momentos de crisis.

La iniciativa era impulsada por el bloque de Ciudad Futura y fue quizás lo que más fastidió a algunos concejales, como el caso de Pedro Salinas (de esa bancada), que expresó: «Me da una profunda pena que pase esto. Hoy consensuamos este temario para votar todos los expedientes. Soy parte de un bloque que se queda, en todas las sesiones, hasta el último minuto del tratamiento sobre tablas para votar todo, estemos o no de acuerdo».

«El último, que vaya a saber qué ventura hizo que esté en el número 38, es un proyecto de decreto que pide que el lunes, en un horario determinado, sea gratuito el transporte urbano de pasajeros, para que cientos de pibes y pibas puedan llegar a la marcha por un nuevo aniversario de la noche de los lápices. No hay número para transformarlo en resolución. Había sido hablado por autoridades de sindicatos de estas ciudad, por centros de estudiantes, y es este Concejo el que frena eso, el que lo imposibilita, es paradójico», se explayó el concejal, visiblemente ofuscado.

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Y envió un mensaje a sus pares: «Puedo dar nombres de algunos concejales que nunca se quedan hasta el final de la sesión y hacen que un proyecto como este no pueda ser aprobado, es decir que no esté operativo el lunes y los cientos de pibes y pibas que contaban con la gratuidad, no lo van a tener el lunes.»

También intervino la edila de Iniciativa Popular, Fernanda Gigliani, pidió al presidente del Concejo, el edil del Pro, Alejandro Roselló, que «haga cumplir el reglamento».

«El reglamento plantea que cuando un concejal decide retirarse del recinto tiene que pedir autorización al cuerpo. Hay un uso y costumbre por el que cada uno se levanta y se retira, no para ir al baño, sino irse. De ahora en más tendrá que pedir autorización y el cuerpo autorizarlo, de lo contrario sanción, que también plantea el reglamento», sostuvo.

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A su turno, Roselló aseguró que «a partir de ahora» se va a «establecer un sistema de sanciones para que los concejales que no estén hasta el final de la sesión reciban sanciones».

«Todos los proyectos que quedan, de todos los concejales, son todos importantes y para nosotros tienen todos la misma importancia, así como terminar la sesión como corresponde, es nuestro trabajo y deber; niego cualquier animosidad con algún proyecto y propongo aplicar las sanciones», sostuvo el mandamás del Palacio Vasallo, segundo en la línea de mando de Rosario, detrás de la intendenta socialista Mónica Fein.

«En función de tener 20 concejales y no poder aprobar ninguno de los proyectos que restan, se levanta la sesión», cerró Roselló.