El río Paraná bajó, pero quedaron sus huellas. Por ello, la Municipalidad de Rosario sumó refuerzos a los trabajos de mantenimiento en las bajadas náuticas tras la acumulación de camalotes que impedían su uso normal. Estos espacios fueron intervenidos mediante trabajos manuales con rastrillos y retiro en camiones.

En Rosario hay más de 13 mil embarcaciones a remo y es denominada la capital nacional del kayakismo. Hay un importante desarrollo de actividades y escuelas vinculadas a este deporte. Desde el municipio sostienen que las tareas mencionadas aportan a la seguridad de los kayakistas y los vecinos que se acercan a la costanera ya que, en algunas ocasiones, los camalotes pueden representar un riesgo por la posibilidad de trasladar insectos o alimañas.

Lucas de la Torre, presidente de la Empresa del Estado Municipal Costanera Rosario, de quien depende el balnerario La Florida señaló: “Estamos trabajando mucho en la zona para limpiar y contener lo que trae la crecida”.

Otros equipos operativos del municipio trabajaron en la limpieza de la desembocadura del arroyo Ludueña en cercanías a la usina Sorrento. El operativo se realizó en conjunto con el Club Náutico Malvinas Argentinas y se ejecutaron mediante embarcación.

Desde la Secretaría de Ambiente y Espacio Público destacan la importancia del cuidado de los cursos de agua de la ciudad, escenarios de una rica biodiversidad y fuentes de energía. Por ello solicitan la colaboración de los vecinos para mantenerlos limpios y protegidos, evitando arrojar residuos al arroyo.