La Dirección de Mediación de la Municipalidad de Rosario -organismo que se ocupa de atender los conflictos entre vecinos de la ciudad- atiende cerca de dos mil enfrentamiento entre ciudadanos por año, que tienen orígenes en causas diversas como una pared rasgada por una obra en construcción, ruidos molestos, perros que ladran o clases de zumba que no dejan dormir.

Esta dirección -la cual es completamente gratuita para quienes la necesiten- funciona con la intervención de un tercero imparcial, que cumple la función de mediador, quien intenta que las partes involucradas en el conflicto lleguen, a través de un diálogo pacífico, a una solución sin necesidad de llegar a instancias judiciales.

Los rosarinos pueden acercarse a los Centros Municipales de Distrito y a través del Sistema Único de Atención Ciudadana (SUA) y de la oficina de Atención al Vecino, tienen la posibilidad de plantear sus problemas y solicitar una mediación. Una vez realizado el pedido, se coordina una audiencia para no más de treinta días después de que llega el expediente y se les avisa a las partes a través de notificaciones municipales.

“Cada caso se valora en particular y se elabora una estrategia puntual. Si el conflicto ya está muy escalado, organizamos reuniones previas por separado para desescalar y llegar a la audiencia con posibilidades reales de diálogo y por ende de resolución”, aclaró la directora de Mediaciones, Julia Cardozo Villa.

Anualmente, se llevan adelante casi 2.000 mediaciones. “Como son voluntarias, lo más difícil es lograr que las partes se presenten. Pero si lo logramos, que es frecuente, tenemos un porcentaje de resolución del 80%”, explicó Cardozo Villa.

En el distrito Centro, por ejemplo, los temas más comunes de conflicto son por obras en construcción. Mientras que a nivel ciudad, el reclamo más reiterado es por diversos tipos de ruidos molestos, pero además, cuestiones como la ubicación antirreglamentaria de árboles, problemas de convivencia en pasillos, talleres mecánicos y fábricas que invaden espacios comunes o generan malos olores, siempre están en el ojo de la tormenta.

Una mediación promedio involucra como mínimo tres encuentros y a veces son más. Cuando se llega a un acuerdo satisfactorio, se genera un acta de acuerdo que firman todas las partes y de la cual todas las partes se llevan una copia. La Dirección genera un seguimiento del tema para corroborar que lo acordado efectivamente se cumplió.

Para el 2020, la Dirección suma ambiciones. A las miles de mediaciones comunitarias, quieren sumar instancias de capacitación. “Tenemos el objetivo de generar espacios de construcción y educación para la paz. La idea es no solamente lograr la pacificación una vez que el conflicto existe sino tratar de capacitar a los vecinos de la ciudad para evitar los conflictos o convivir con el conflicto”, concluyó la directora.