La pandemia del coronavirus y su consecuente cuarentena obligatoria puso en jaque al mundo entero. Pero tras 15 días sin contagios en Rosario, muchos fueron los rubros que retomaron sus actividades y comenzaron a reabrir sus puertas. Sin embargo, no es el caso de los jardines maternales, que hace más de 80 días están sin poder funcionar normalmente y sosteniendo clases virtuales, realidad que no ayuda a paliar la difícil crisis económica que atraviesan.

En ese contexto, este mediodía, alrededor de 50 jardines autoconvocados se concentraron frente a la municipalidad con una única y apremiante premisa: volver a trabajar.

> Te puede interesar: Jardines particulares piden excención de impuestos y créditos a tasa cero

La situación de los jardines es desesperante. Somos jardines de la ciudad de Rosario autoconvocados que estamos pasando una situación muy crítica ya que no tenemos ayuda de ningún tipo”, manifestó en diálogo con Conclusión Verónica, la dueña del jardín “Manitos Pequeñas”.

Haciendo referencia al último anuncio del intendente Pablo Javkin, que autorizó la apertura de los establecimientos infantiles solamente para clases virtuales, Verónica se mostró indignada: “Nos da permiso para abrir los jardines para trabajar por internet y eso lo venimos haciendo hace mucho tiempo. Este último anuncio no es ninguna ayuda porque todas estamos trabajando de manera virtual desde casa desde el día uno de pandemia. Además, hoy muchos jardines están sin internet porque le tuvieron que dar de baja al servicio por falta de plata para poder sostenerlo”.

“No tenemos subsidios. Los subsidios que está dando la provincia y nación no son aptos para los jardines. Nos dan ayuda para los empleados pero los dueños de jardines no tenemos ninguna ayuda: ni descuento de alquileres, ni de impuestos, nada. La ayuda a los jardines maternales es una mentira”, expresó sin filtro, agotada por la complicada situación.

En esa línea, también fue crítica en cuanto a la “supuesta” ayuda pedagógica. “Son charlas por Instagram que empezaron hace una semana. Tampoco hay un seguimiento pedagógico entonces nos parece que nos están tomando el pelo y que estamos desprotegidas”, apuntó.

“Queremos volver a trabajar. No es que no nos importan los chicos y nos importa nuestro negocio, pero para cuidar a los chicos están las instituciones. Necesitamos volver a trabajar y hay padres que necesitan y nos piden que abramos nuestras puertas”, señaló contundente.

Asimismo, aseguró que ya cuentan con un protocolo para empezar, que si bien requiere del visto bueno de la municipalidad, ya está listo para ponerse en práctica.

Justificando la reapertura, Verónica dijo que “no tenemos gran población de chicos, o sea que podemos organizarnos en distintos turnos para garantizar el distanciamiento social. Todos los jardines tienen un 50% menos de alumnos de los que teníamos en marzo”.

“Si esta situación se sigue sosteniendo, o si volvemos en agosto o después de esa fecha, nos quedamos sin nada. Nos quedamos sin jardín, tenemos que cerrar”, alertó preocupada y amplió: “Estamos vendiendo comida, pastelitos, empanadas para subsistir, ya no damos más”.

Hasta el momento, las maestras jardineras, al igual que los docentes de los distintos niveles educativos, vienen sosteniendo la clases y el contacto con sus alumnos de manera virtual. “Venimos trabajando con los celulares, internet, en horarios terribles, porque tenemos que adaptarnos a los horarios en que los padres vuelven de trabajar. Estamos pendientes a toda hora, desde las 8 de la mañana hasta las 11 de la noche”, describió.

Por último, sobre la continuidad de la medida de protesta, Verónica fue contundente: “Vamos a seguir, porque es necesario que nos escuchen. Se teme por el cierre de los jardines y que los empleados queden en la calle, sin trabajo. Queremos abrir ya”.

En tanto Natalia, del jardín “Querubines”, que atraviesa una situación crítica y que en julio podría cerrar definitivamente sus puertas, habló con Conclusión y con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada expresó: “Llevamos más de 80 días de cuarentena, es insostenible seguir esperando, acumulando deuda. No tenemos ayuda, el ATP para las seños no es suficiente porque con eso no cubrimos alquileres, impuestos, y sumado a los gastos del jardín, tenemos los gastos propios, tenemos que subsistir porque no tenemos otro ingreso”.

“No podemos seguir esperando a que llegue una respuesta y la incertidumbre nos mata porque no sabemos tampoco cuándo. La deuda invade, la rueda es cada vez más grande y después ni siquiera vamos a poder reabrir de la deuda que tenemos”, describió desconsolada un panorama poco alentador si no se toman medidas urgentes para atender sus reclamos y responder a sus necesidades.

A modo de ejemplo, Natalia habló de su situación particular. “No tenemos prácticamente alumnos, los papás ya están avisando que por miedo no van a volver y por la situación económica. Desde abril que no cobro la cuota y eran solamente ocho alumnos, solamente tres pudieron aportar el mes de mayo, pero lamentablemente no resuelvo nada con eso”, indicó preocupada pero igualmente agradecida con los padres por la colaboración.

Desconcertada por el último anuncio del intendente, Natalia dijo que “se está haciendo lo mismo en forma particular, contratan a una seño de un jardín para cuidar a cuatro o cinco chicos de un jardín en un mismo domicilio, y nosotras seguimos esperando a qué”.

Sin poder controlar el llanto, sus palabras sonaron tristes en medio del tumulto de las demás manifestantes: “No confío más en nadie, porque de todo lo que vienen prometiendo nada se ha cumplido. Ahora a fin de mes no me queda más que cerrar el jardín. Nos dan ocho productos por mes de comida, pero no sirve, no alcanza, no se puede más. Y vamos a terminar muchos en la misma situación porque es imposible, la rueda de deuda sigue”.

“Estamos dispuestas desde el día cero a trabajar, menos alumnos, turnos separados. Todo lo que proponen para que hagamos nosotras ya lo hacemos solas desde el día cero”, destacó Natalia al tiempo que era aplaudida y alentada por todas sus compañeras.