SáBADO, 30 DE NOV

“Los medios de comunicación que intentan ser neutrales facilitan la violencia”

Así lo expresó la Coordinadora del Centro de Atención a la Víctima y al Testigo del Delito de la Defensoría del Pueblo de Santa Fe, Laura Manzi en diálogo con Conclusión. Además, hizo un repaso de la problemática de género durante los últimos 30 años.

Por Candelaria de la Cruz

El Centro de Atención a la Víctima y al Testigo del Delito fue creado en el ámbito de la Defensoría del Pueblo de Santa Fe en el año 1994 por Ley Provincial 11.202 y atiende a todo tipo de víctimas que, por diferentes causas hayan sido violentadas o que se vean vulnerados sus derechos sin importar edad, sexo ni condición social.

Según datos del organismo, en 2016 se atendieron 811 casos de los cuales el 50% fueron casos de violencia contra la mujer – en todas sus variantes psicológica, física, sexual, económica y negligencia – y un 25% de esos casos correspondieron a violencia contra Niños, Niñas y Adolescentes.

Sin dudas, las mayores consultas son hechas por mujeres que por su “género” resultan ante los ojos del violento una razón más de vulnerabilidad.

Laura Manzi es coordinadora del organismo y fue una de las fundadoras en 1988 del primer equipo interdisciplinario de violencia familiar en la ciudad de Santa Fe, cuando todavía en la provincia no existía una ley que regule esta problemática.

En diálogo con Conclusión Manzi realizó un repaso de estos últimos 30 años destacando el avance que ha tenido esta temática.

“Los cambios han sido muy grandes porque también ha habido cambios sociales, no somos la misma sociedad de hace 30 años atrás. Hoy hay muchos mas servicios y mayor accesibilidad, lo que no quiere decir que no siga siendo arduo el trabajo que le espera a la mujer desde el punto de vista de los lugares donde tiene que recurrir, las respuestas que pueda encontrar y de su propia evolución psicológica que la lleva a tomar la decisión de salir de esa situación”, expresó la profesional, quien también describió el sombrío panorama en el que se encontraban las víctimas de violencia de género en esa época.

“En ese momento las mujeres que eran golpeadas, eran denostadas, eso pasaba en las casas y también en los organismos como en la policía frases como `no nos metamos total van a volver` eran comunes en esa época».

» La violencia contra la mujer forma parte también de una violencia social”.

La revictimización y los medios de comunicación

“Para que haya violencia, tiene que haber un violento y uno que la sufre,  pero tambièn existen los terceros que lo ven o lo intuyen y miran para otro lado”.

De esta manera describe Laura a los otros factores que influyen en la violencia y en la revictimización de la víctima. Uno de los actores claves, según la profesional, son los medios de comunicación y su mensaje.

“Los medios tienen mucho para hacer, no pueden ser neutrales porque al intentar serlo facilitan la violencia”.

Mucho se hablado este último tiempo de lo que nos transmiten los medios de difusión y propaganda. En ese sentido, Manzi plantea analizar el rol de la mujer en los medios y los estereotipos que se han mostrado desde su creación.

“El mensaje que se sigue dando es de un estereotipo de mujer que atrasa y no ayuda. La mujer que gana por ser atractiva frente al hombre, cuando se la ubica solo frente a tareas domésticas o cuando se sigue mostrando a las jugando sólo con muñecas, estamos facilitando la diferencia que es una desigualdad que termina apoyando una situación de dominación frente a la mujer, porque atraviesan todos los niveles, todos los grupos sociales y se sostienen en el tiempo”, remarcó.

¿Cómo reconocer un romance violento?

“No puedo vivir sin vos”, “Te necesito todo el tiempo”, “Te celo porque te amo y no te quiero perder”, son algunas de las expresiones que Laura Manzi recomienda tener en cuenta.

“La invocación de ciertas frases y la idea del ‘amor romántico` son alertas. En todo proceso de enamoramiento hay una cierta ceguera pero el problema es cuando en nombre del afecto o del amor se empiezan a cercenar otras relaciones o actividades independientes de la pareja”, indicó.

Y aseguró que “las mujeres muchas veces nos sentimos madres, psicólogas o que debemos estar ahí siempre para cuidar al otro, lo que se termina convirtiendo en una cárcel y como inevitablemente nadie puede dejar de frustrar al otro, cuando la mujer sale de la rutina, el violento explota”.

 

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