Cuando la ropa no se seca, arrancan los problemas. Camisas de trabajo, uniformes del colegio y demás indumentarias necesarias para encarar un nuevo día, son moneda corriente en las distintas lavanderías de Rosario. Es que la demanda aumentó a pasos agigantados en el lapso de los últimos 15 días, y todo tiene que ver con la seguidilla de días lluviosos que viene golpeando a Rosario.

Conclusión realizó una recorrida por los distintos negocios del rubro ubicados en el centro de la ciudad, quienes aseguraron estar «a full» desde hace dos semanas. «Los días húmedos y de lluvia siempre tenemos bastante gente, pero esta vez es increíble porque los teléfonos no paran de sonar y las máquinas no dan abasto», asegura Mónica, la propietaria de un comercio.

Una familia tipo, según indican los lavanderos, entrega entre 2 o 3 canastos de ropa. «Tratamos de ir sacando lo que podemos. Por el momento cumplimos con los pedidos a tiempo, y hacemos lo imposible para que se pueda terminar antes el trabajo. La gente se desespera porque no tiene dónde secar la ropa del trabajo o la del colegio para los chicos», agregó.

Según las distintas páginas referidas al clima, no ofrecen un panorama alentador para los próximos días e informan que el mal tiempo podría perdurar algunos días más en este mes de abril, que se tornó gris desde su comienzo.

 

«Estamos con muchísimo trabajo», sostienen los empleados, que no paran de recibir llamados ni canastos repletos de ropa. Buenas noticias para ellos: a este paso, sus lavarropas seguirán girando más que nunca.