Por Alejandro Maidana

El momento histórico que nos toca atravesar producto de un virus que contiene más interrogantes que certezas, nos sigue interpelando de manera medular. En un contexto mundial en donde se ha podido contemplar el tambalear de las grandes superestructuras económicas, las penurias de aquellos que resisten los embates de medidas restrictivas obligadas, se acrecientan cotidianamente.

Si bien existe una mirada colectiva coincidente en la idea de reforzar controles y protocolos, la imposibilidad de que algunos rubros puedan desarrollarse respetando la “nueva normalidad”, sigue despertando críticas, y exigiendo respuestas concretas con el acompañamiento de argumentos sólidos.

Muchos son los sectores que han sido heridos de muerte en este aislamiento obligatorio que persigue la disminución en la circulación del covid-19, destacando que algunos ni siquiera han podido abrir sus puertas cuando Rosario gozaba del añorado “distanciamiento social “. Una misma realidad con respecto al cuidado innegociable de la salud, otra muy disímil cuando el sustento diario se ve acorralado y puesto casi de rodillas.

Las últimas medidas decretadas por la provincia de Santa Fe, empujaron al sector náutico en su amplio abanico, a salir a “plantar bandera”, con la única intención de poder visibilizar su descontento. Es por ello que Conclusión reunió una serie de testimonios con la intención de dar a conocer, la postura de aquellos que sostienen que el río es parte del antídoto y no del problema.

Ezequiel Martínez es titular de “Iguazú Pesca”, un casa que ofrece todas las alternativas para los amantes de una práctica muy arraigada en los argentinos, consultado por el malestar que ha surgido después de las últimas restricciones, sostuvo: “Es indudable que estamos atravesando tiempos difíciles, pero existe un gran vacío para con la pesca deportiva, ya que la misma no puede gozar de ningún protocolo. En nuestra actividad siempre se trata de mantener una distancia adecuada con el otro, es por ello que nos resulta muy extraño lo marginado que hemos quedado aquellos que gozamos de las bondades del río”.

Un año atípico que buscará en las actividades de cercanía, ese bálsamo para el alma que suelen resultar las vacaciones o las escapadas al aire libre. “Este verano, y si bien aún no hay confirmaciones, la temporada se va a ver bastante dañada. Qué mejor que poder disfrutar y hacerse habitué de la isla de los clubes de pesca, o de la costa para poder disfrutar protocolos mediante, del aire libre. Aquel que es amante de la pesca, sabe de lo reconfortante y terapéutica que resulta la misma”.

Para concluir, Ezequiel acercó una reflexión que busca ser un disparador para las próximas aperturas. “Un protocolo acertado, sería que tantos los clubes como las lanchas que circulen, se manifiesten solo en un 50% de sus capacidades. Allí se disminuiría ostensiblemente el riesgo, siempre esperando que los controles sean los necesarios para el contexto que nos toca transitar”.

Milton y Lucrecia conforman una pareja de kayakistas, los une tanto el amor que supo acercarlos, como la enorme pasión que sienten por las marrones aguas del Paraná.  La imposibilidad de hermanarse con la tranquilidad del río, los motivó a brindar sus puntos de vistas. “¿Cuál es el criterio para habilitar actividades en este contexto? Sería la pregunta general. Y en particular, ¿con qué criterio se decidieron aquellas que si y aquellas que no? Parecería haber una coincidencia entre las actividades habilitadas y los sectores que se movilizaron para ello, sectores que no son esenciales en cuanto a su aporte comunitario y no pertenecen a las clases más relegadas en este contexto”, indicaron.

El derecho al esparcimiento como motor impulsor de anticuerpos necesarios para enfrentar una coyuntura que nos pone contra las cuerdas desde lo mental. “Por supuesto todo parte de una mirada. La nuestra priorizaría aquellas actividades que, según demostró la experiencia, pueden llevarse a cabo con un estricto cuidado y contribuyen con la salud de la población. Hablamos de salud integral, y el kayakismo es una de esas actividades que colaboran con el bienestar de aquellos que lo practican. Será que alejarnos de las islas, en este contexto de quemas y disputas de poder, también es una prioridad del Estado”.

La última voz que se sumó, fue la de Ciro, que en representación a las guarderías náuticas de kayaks, expresó: “Con respecto a las decisiones que tomaron desde el Estado, consideramos a las mismas apresuradas, ya que no hay un técnico en cada sector. En torno a nuestra actividad, si está habilitada la posibilidad de que hasta 30 personas puedan ir a misa, no entendemos como no puede ser posible salir a remar. Cabe destacar que hay kayaks para una sola persona, y el que permite dos, contempla una distancia de dos metros entre ambos remeros”.

Cambiar el enfoque, manejar otro tipo de criterio a la hora de decidir sobre nuevas aperturas. “La gente está encerrada, escucha noticias como que el dólar se fue a las nubes, la economía se hunde, los asesinatos se acrecientan, sube el número de muertos por la pandemia, todas informaciones pesadas, la gente necesita de esto, de una alegría, de poder salir a remar un rato respetando los protocolos”.

Una carta enviada al intendente Pablo Javkin aún no fue respondida, la misma explicita este tipo de recomendaciones, haciendo hincapié en la necesidad de recreación y alegría. “Pudimos comentarle que estábamos peleando para que Rosario sea considerada la capital del kayak en Argentina, ya que es el lugar con más cantidad de kayaks por número de personas. Entre guarderías y particulares, debe haber en Rosario más de 20.000 kayaks, Rosario vive de frente al río, Rosario es el río, el mismo está en el ADN de los habitantes. Por último es preciso destacar que se está generando una psicosis importante ente aquellos que tienen sus botes en las guarderías, ya que al no poder utilizarlos, muchos consideran que nosotros estamos a favor de estas medidas, cuando en realidad nos oponemos. Nosotros necesitamos trabajar, por eso tenemos que luchar para lograr estas pequeñas libertades que pueden ayudar a combatir el virus, ya que el buen estado de ánimo colabora mucho”, concluyó.