Por Gisela Gentile

Nuestro país está atravesando una de las sequías más intensas de los últimos 44 años. Este flagelo climatológico tiene un impacto muy fuerte en la vida de todos los argentinos. La sequía incide directamente en la producción agropecuaria y en consecuencia,  impacta en el bolsillo de todos nosotros debido al aumento de precios en las góndolas.

La Consultora de Climatología Aplicada (CCA) indicó que en los últimos meses, según sus estadísticas, se han registrado entre 100 y 400 ml menos respecto de lo normal para el promedio de lluvia caída desde 1973.

Más allá de los problemas serios antes mencionados podemos agregar que este fenómeno de “La Niña”, que tiene como característica la escases de lluvias, ha traído consecuencias visibles para todas las personas. Basta con recorrer la ciudad de Rosario y observar como los espacios verdes se encuentran teñidos de un color amarillento, propios de otra estación del año.

Conclusión dialogó con Eugenia Planes, diseñadora del paisaje y licenciada en diseño del ambiente con la idea de conocer el proceso natural que está realizando la flora ante esta fuerte sequía.

“Estamos atravesando un período de sequía larguísima, uno de lo mas importantes de los últimos 40 años, a esta escases de caída de agua, hay que sumarle el verano extraordinariamente caluroso que ha hecho que la plantas no tengan descanso”, sostuvo.

Este verano ha sido muy particular e intenso, “se conjuga excesivo soleamiento, altas temperaturas y falta de agua. En la región tenemos un clima donde contamos con 1000 ml de caída de agua repartidos en todo el año, eso hace que en las plazas no tengamos riego ya que sería un gasto innecesario”.

Los parques y las plazas han cambiado su color verde verano por amarillo otoño, “se puede observar a primera vista una imagen correspondiente a otra estación de año. Pero si caminamos el pasto podremos percibir que está crujiente y seco a causa de la deshidratación. Esto no ocurre en la época otoñal, ya que en esos meses el pasto tiene el mismo color claro amarillo que hoy vemos pero es blandito”, indicó la especialista.

“Realmente este año fue tan cruel que en lugares como Funes he podido observar árboles y arbustos adultos deshidratados con sus hojas secas sobre todo las de la parte superior. Esto se debe que aparte de todo lo antes mencionado, a ellos también los afecta el viento seco y caliente que hace un efecto soplete que los quema”.

Planes explicó que procesos están atravesando  los gigantes de hojas verdes, “los arboles son muy resistentes, y el hecho de perder las hojas más expuestas es una reacción al fenómeno ambiental del momento, no es algo permanente. Lo que hacen es ahorrar energía, puesto que si le da más trabajo mantener la hoja que el beneficio que le reporta, entonces prescinde de ella. Esto lo lleva a cabo hasta un nuevo período que le sea más favorable”.

Para finalizar la paisajista enfatizó, “en el parque Irigoyen hay una parte que tiene riego desde hace años y la diferencia allí es notable. En este último tiempo he sido consultada y he ido a ver jardines que aún con riego están muy castigados”

“La suerte de todo esto es que con una lluvia importante en donde caiga una buena cantidad de milímetros de lluvia vamos a percibir un reverdecer de todos los espacios. Esperamos un otoño lluvioso para poder revertir la situación”, concluyó.