Este miércoles desde las 19 vecinos de Barrio Luis Agote se concentraron frente a la comisaría 7ª, (Cafferatta 342) para realizar una clase abierta, en la que participaron Daniela Vergara, secretaria de Derechos Humanos de Amsafe y Sebastián Sansevich, abogado de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.

Por su parte, Vergara habló sobre el caso de María de los Ángeles Paris, fallecida en la comisaría 10ª en dudosas circunstancias, mientras que el abogado dio una clase sobre qué hay que hacer cuando la policía te detiene, cuáles son los derechos y cuáles son las obligaciones de la policía.

En diálogo con Conclusión, Ramón Casco, papá de Franco, aseguró que su presencia se debió para “acompañar a los vecinos” y “denunciar y frenar el avance de la violencia institucional”. Ezequiel Mena, uno de los vecinos, exigió un plan preventivo contra la violencia, ya que “hubo un rebrote de robos después del cambio de autoridades de la comisaría”.

Por su parte, Daniela Vergara señaló su presencia solidarizándose con los vecinos y celebrando la iniciativa de movilización por parte de la violencia institucional y no por otra causa y pidiendo por el esclarecimiento de la muerte de María de los Ángeles Paris, con el vínculo de responsabilidad directa de la policía por el maltrato.

Sebastián Sancevich, abogado de la Apdh, señaló que “la inseguridad más concreta proviene del Estado”, y que “la violencia institucional no va a amainar mientras no exista decisión política”.

“Ante cualquier hecho de violencia institucional el detenido tiene derecho a no declarar y solicitar asesoramiento de la Apdh”, especificó Sancevich durante la clase abierta.

El periodista y diputado provincial Carlos del Frade fue otro de los que tomó la palabra, para hacer referencia a que en 2012 él denunció a los jefes de la comisaría 7ª, responsabilizándolos de fraguar documentos de chicas adolescentes paraguayas para la trata. A su vez, aseguró que es “una comisaría de frontera” porque está pegada a la terminal, que “es la garante de la trata, la prostitución y el narcotráfico desde siempre”, y que en su momento “Fornero, que fue uno de los comisarios de acá, cuando fue denunciado lo premiaron ascendiéndolo”.

Carlitos, un trapito muy conocido y querido en el barrio, fue otro de los que dialogó con Conclusión. Él fue detenido por la policía en un operativo donde se llevaron presos a seis trapitos, a quienes comenzaron a insultar arriba del móvil. Según su relato, apenas descendió del vehículo uno de los oficiales le dijo: “A mí me dicen el rompehuesos, así que cuando estemos en la comisaría vas a ver lo que es bueno”. En ese contexto fue herido e insultado, y como padre de chicos pequeños remarcó que “la violencia institucional es repudiable porque el poder que tienen ellos es el poder que les da el pueblo”.

Por último, Germán Rampo en voz de los vecinos leyó un documento consensuado con el barrio en la reunión de ayer en la vecinal, donde hacen referencia de todos los abusos que hubo en la comisaría y los casos de violencia urbana con pérdida de vida de un comerciante y del vecino Damián Lucero, donde todavía no se pudo encontrar a los culpables.

Otro de los políticos que estuvieron presentes fueron Roberto Sukerman, Norma López y Chino Rosúa.

Una vez más, desde hace semanas, el barrio Luis Agote vuelve a estar en la primera plana de los medios, por las mismas razones de siempre: el permanente reclamo para combatir las situaciones de inseguridad y las repetidas denuncias de violencia institucional que se cometen en la comisaría 7ª.

El 12 de mayo, Elina Rivero, una joven de 27 años que asistía a un recital en el Teatro Vórterix, fue detenida por supuestos “disturbios en la vía pública” y llevada a la seccional de calle Cafferatta al 300, luego de que los efectivos que realizaron el procedimiento la golpearan varias veces en la calle y se la llevaran casi inconsciente. De allí salió, horas después,en coma. Producto de lo ocurrido allí dentro, Elina estuvo en coma casi dos semanas y sobrevivió con varias secuelas.

Los antecedentes de esa comisaría incluyen una larga lista de casos similares. El más trágico, el de Franco Casco.

Los vecinos de barrio quieren seguridad, pero también quieren una policía que los cuide, que no los golpee, que no los intimide y que no participe de negocio espúreos. En ese contexto, esta tarde, convocaron a un clase abierta que se realizará frente a la seccional para hablar de sus derechos.

Barrio Agote: “Pedimos seguridad y que se terminen los abusos policiales”