Las organizaciones sociales que integran la Unidad Piquetera (UP) exigieron una reunión urgente con el presidente Alberto Fernández ante la falta de respuestas de la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, y la acuciante situación económica que atraviesan los sectores más postergados de la sociedad.

La Unidad Piquetera y el Polo Obrero entregaron el petitorio directamente en Casa Rosada, con el objetivo de conseguir que el mandatario nacional haga lo que su ministra de Desarrollo Social se niega a realizar y reciba a los representantes de las organizaciones que encabezan acampes en distintos puntos del país para visibilizar sus reclamos.

La jornada nacional incluye manifestaciones en localidades de diversas provincias. En Rosario, el acampe se desarrolló en la plaza San Martín, de Dorrego y Córdoba, frente a la sede local de Gobernación.

En ese marco, la referenta del Polo Obrero dialogó con Conclusión y explicó que la jornada nacional protesta surgió como respuesta a la negativa de la ministra de Desarrollo Social a recibir a los representantes de las organizaciones de la Unidad Piquetera. «Viene negándose reiteradamente a dar respuesta a los reclamos urgentes de los trabajadores desocupados y precarizados, que cada vez son más y se movilizan de manera multitudinaria», expresó.

El petitorio entregado por Unidad Piquetera en Casa Rosada

Tal repasó la militante santafesina del PO, la movilización tuvo como impulso y contexto una situación social que avanza en su descomposición ante la escalada de precios y el deterioro del poder adquisitivo. «El país tiene más de 100% de inflación y la población trabajadora está fuertemente precarizada. Lo dice el Indec, hay aumento del empleo y al mismo tiempo crece la pobreza porque precisamente los salarios no alcanzan. El promedio salarial del país está en 80 mil pesos y la canasta básica -que no incluye alquiler- llega a superar los 230 mil pesos», advirtió.

En este contexto -según denuncian desde la Unidad Piquetera- el gobierno nacional dio de baja decenas de miles de programas sociales y planea avanzar con otra reducción, esta vez en aquellos dedicados a reforzar emprendimientos productivos ligados a la producción de alimentos, calzado y demás.

«Todo esto está escrito en el último acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que llamó a revisar las cuentas de la Argentina y recortar 400 mil programas sociales para reducir el gasto y de esa manera avanzar en los compromisos en relación al déficit, que tiene que ser de 1,9% del PBI este año», apuntó en declaraciones a este medio.

Por otra parte, al recibir la consulta sobre qué respondería ante el planteo de que estas manifestaciones de la UP, en medio de las corridas cambiarias y los golpes de mercado, podrían colaborar indirectamente con las intenciones desestabilizadoras de esos grupos de poder, Deiana afirmó que la movilización no es un factor desestabilización, sino una respuesta necesaria frente a la situación actual.

«Claramente no hay una desestabilización por parte de los desocupados, que son los que sufren desestabilizaciones permanentes. Acá la desestabilización, el factor central de la crisis económica del país, es que el gobierno pactó con el FMI una ruta de ajuste; de entrega de los recursos naturales», planteó.

«Nosotros creemos que la movilización, lejos de ser un factor de desestabilización, tiene que ver con la propia política del gobierno y las presiones de la clase capitalista, que es totalmente responsable de la situación económica de hoy y están viendo cómo resuelven sus contradicciones», agregó respecto a las corridas cambiarias y los golpes de mercado.

En ese contexto, sostuvo que la movilización de la Unidad Piquetera debe generalizarse a través de las distintas organizaciones que nuclean a los trabajadores. «La CGT y la CTA tienen que organizar un paro para defender el salario. Lo único fijo en la vida de un trabajador es levantarse con una mala noticia en relación a sus ingresos. Tiene que haber un plan de lucha nacional para defenderlos frente a este gobierno, que cuenta con el apoyo de la oposición de derecha en lo relativo al acuerdo con el FMI. Cuando el Fondo Monetario Internacional manda, todos callan», concluyó.