Por Belén Corvalán

“Los tiempos han cambiado”, una frase comúnmente escuchada en todos los rincones de la cotidianeidad. La interrelación entre los individuos se ha visto transformado por varios factores, y uno de ellos son las nuevas tecnologías, que mucho tienen que ver en este cambio. Hoy, estas repercuten contundentemente en la forma en que nos relacionamos con el “otro”, vienen a reconfigurar prácticas, y formas de hacer/ser que antes eras ejecutadas de otro modo a la hora de vincularnos con los demás.  La velocidad y la inmediatez se apoderan en el desenvolvimiento de la vida, y la búsqueda de las soluciones a los problemas debe ser ya.

Todo esto ha generado que enfermedades que antes no existían, hoy estén en el centro de la escena como objeto de estudio de varios intelectuales especialistas de la Psicología. Es por eso que muchas patologías en materia psicológica, son catalogadas como “contemporáneas” justamente por ser la consecuencia, y haber surgido como malestares propios de estos tiempos. Insomnio, ataques de pánico, depresión, diversas fobias, estrés, son algunos de los dolores que se manifiestan en el cuerpo humano y que requieren de atención psicológica o psiquiátrica, y hasta a veces de medicalización para poder llevar adelante una mejor calidad de vida.

El doctor psicoterapeuta Ernesto Rathge, quien lleva una larga trayectoria en su profesión, recibe constantemente pacientes en su consultorio por algunas de estas causas. Causas a las que les presta oído, y diván para ejecutar un tratamiento centrado en la reflexión asistida, y en el diálogo, es decir, en la conversación con el paciente.

“Yo no pienso los problemas que atiendo como consecuencia de una enfermedad natural, como la tuberculosis. Esto es un problema histórico existencial, tiene que ver con la historia de cada individuo y con el modo en que está tramitando su existencia, en relación a sí mismo, y/o a los otros”, expresó el doctor en diálogo con Conclusión.

«Las enfermedades tienen que ver con la historia de cada individuo y con el modo en que está tramitando su existencia»

Para entender lo que sucede hoy es necesario remontarse a la Ilustración, el proceso histórico en el que el individuo pasa a posicionarse en el centro de la escena, “eso aumenta la mirada de las personas sobre sí mismos, y tanto la aumenta que se convierte en su principal problema”, agregó: “lo que denominamos como la hiperreflexividad que hace que perdamos de vista otras alternativas. Se piensa excesiva e inútilmente y ahí aparece la figura del terapeuta quien ayuda al paciente a encontrar la dosis adecuada de reflexividad y así poder afrontar el problema con mayor eficacia”, aseguró Rathge.

Según destacó el médico, los motivos de consulta más frecuentes por los que la gente acude a él son por dos factores: ya sea por problemas de amor, o por problemas de trabajo, “Freud ya lo decía hacia fines del siglo 19, principios del 20, el definía la salud mental como la capacidad de amar y trabajar”, expresó el psicoterapeuta.

En esta época donde la instantaneidad está a la orden del día, uno de los malestares más comunes que se manifiesta en el hombre es la ansiedad, “hacer que el futuro se apodere del presente”, definió el terapeuta. Los trastornos de ansiedad, son la causa de una de las enfermedades que emergieron estos últimos tiempos como uno de los motivos de consulta más solicitados: los panick attack o ataques de pánico, “es una forma de nombrar una situación de ansiedad y miedo mucho más extrema que produce síntomas corporales”, y agregó: “Pero en realidad tiene que ver con que las personas no encuentran los recursos adecuados para resolver sus problemas”.

Así como existe la ansiedad, que se caracteriza por ese estado de inquietud con respecto al futuro, por el otro lado, están las problemáticas depresivas, “la depresión en contraposición a la ansiedad es una añoranza del pasado,  por lo que ya no está e invade excesivamente el presente. Está ligada a la emoción de tristeza”, señaló el psiquiatra.

Sin embargo, es necesario destacar que la tristeza es una emoción sana que surge ante la pérdida de un ser querido, o la culminación de una relación. No es una enfermedad; el límite está cuando la excesiva tristeza comienza a detener la vida de la persona, y le crea dificultades en su desenvolvimiento cotidiano. “Las emociones deben ser nuestros guías, pero no nuestros jefes, si vos le das la jefatura a la tristeza se arma lío”, expresó metafóricamente el psicoterapeuta.  De todas formas, este tipo de patologías tiene solución si se lleva adelante un tratamiento adecuado para poder tratarlo.

“Se da una presión por parte de las grandes industrias farmacéuticas, que hacen un negocio extraordinario, para tratar la depresión»

La sobrediagnosticación en la depresión es uno de los mayores problemas propios de ésta época. El uso o abuso del psicofármaco está multideterminado, “se da una presión por parte de las grandes industrias farmacéuticas, que han encontrado la posibilidad de hacer un negocio extraordinario, entonces terminan creando la demanda, y después ofreciendo la solución a un problema”, manifestó el doctor. Muchas veces hay sobre indicación de medicación cuando se confunde una tristeza lógica, con una patología psíquica como es la depresión, o en el caso de los niños cuando reciben medicación bajo el diagnóstico médico de hiperactividad.

“La persona con sus propios recursos puede encontrar maneras de reflexionar de un modo más adecuado acerca de lo que le ocurre, y encontrar maneras de funcionar y mejorar su estado de ánimo”, explicó el doctor, quien en la medida en que puede, trata de evitar el uso de los psicofármacos en su tratamiento, y utiliza la palabra como herramienta sanadora y liberadora del malestar. “Si bien el psicofármaco ofrece una salida rápida, porque baja la ansiedad, o permite dormir mejor, hay otras técnicas naturales como el yoga que también colaboran al bienestar”, indicó Rathge, y agregó: “en caso de que sea una situación en la que se requiera, recurro a los psicofármacos en el menor tiempo, y dosis posible. Atenúa, pero no es el centro del proceso terapéutico. La conversación es lo principal”.

Según explicó el profesional lo importante es entender los verdaderos móviles que originan los problemas, sino el individuo ingresa en un circuito en el que recibe medicación y cree haber encontrado la solución a lo que le aqueja, y continúa tomándola de por vida, algo que no es recomendable, pero que depende  de la responsabilidad de cada profesional.

Otra de las problemáticas de estos tiempos, y sobre todo en jóvenes, es lo que se denomina como la “patología del vacío”. Si los otros estados estaban caracterizados por  exceso de pasado o futuro, esta se dá porque no hay más que presente. “El pasado, la historia, las costumbres, y tradición no existen como un hecho valioso;  y tampoco hay proyecto de futuro, entonces los jóvenes quedan atrapados en el presente en una suerte de vacío en la que no van para atrás ni para adelante” afirmó el psicoterapeuta, “esto generalmente termina vinculado con las problemáticas adictivas”. Según señaló el médico psiquiátrico está vinculado a un disfrute erróneo del presente, ligado a una búsqueda inmediata de la obtención de placer.