Por Graciana Petrone

En el Templo Masónico de Rosario, de Laprida 1027, la Logia femenina “Flora Tristán N° 10” realizará la primera “Tenida Blanca” en la ciudad. En la ocasión, el lugar estará abierto al público y disertará la médica Adriana Quiroga sobre “Cannabis medicinal, bases del tratamiento”. La cita es para este sábado 11 de junio a las 19.30. La actividad es organizada por “Gran Oriente Simbólico Femenino de la República Argentina”.

Días antes de llevarse a cabo la reunión masónica a puertas abiertas, Conclusión habló con la venerable maestra de la Respetable Logia Flora Tristán Nº10 de Rosario para intentar echar luz sobre algunos interrogantes: ¿Qué es la Masonería?, ¿la masonería es una sola?, ¿es una religión?, ¿por qué el hermetismo que rodea la logia desde hace siglos?

“La Masonería es una sola. Hombres y mujeres trabajamos en el mismo sitio, en un lugar al que le decimos Templo”, refirió a este medio la integrante la Logia femenina “Flora Tristán N° 10”.

Respecto de la actividad del sábado, explicó que se abren las puertas del templo para todas las personas que quieran asistir, sean o no masones.

La hermandad o asociación data de 1700. Según dijo a este medio la entrevistada, «la Iglesia perseguía a quienes eran libres pensadores y la Masonería es eso, una escuela de vida en donde las personas son libres pensadoras» y que hacen mucho hincapié en la filosofía.

También aclaró que la Masonería no es una religión, ya que pueden ser masones un budista, un católico, un musulmán y hasta quien cree en la energía del universo. “No se hace distinción de credo. Todos pueden ingresar».

Crecimiento personal

“La Masonería es el mundo de los símbolos y busca el crecimiento personal a través del simbolismo”.

La mujer también destacó que “es una asociación discreta, no secreta” y que este sábado «se abren las puertas para la Tenida Blanca en donde se abordan temas de interés general». En esta ocasión,  será sobre el uso de Cannabis medicinal por parte de una especialista.

“Reitero que es discreta y no secreta, sino no hubiera subsistido tantos siglos. En ese crecimiento personal, solamente las personas que se inician pueden saber de qué se trata”.

Los símbolos y el crecimiento

En cuanto a los símbolos que distinguen a los masones, la referente de la logia femenina de Rosario señaló a «la escuadra y el compás» como los que más identifican a la hermandad. Y aclaró que para ellas cada uno tiene un significado en especial, pero confesó que no podía brindar más detalles al respecto.

—¿La Masonería tiene fines filantrópicos?

—Siempre digo que todo se transforma, que si yo me transformo, transformo al medio en el que estoy. Si hago un cambio interno en mí, indirectamente produce un cambio en la sociedad, porque cualquier persona que intenta mejorar internamente mejora a los demás. Somos parte de una sociedad. El camino del masón es individual. Yo elijo entrar, estudiar y crecer. Tampoco es una facultad. Estudiamos porque queremos. No es un lugar a donde yo tenga que ir a rendir una clase. Todo lo referido a los símbolos tiene que ver con ese estudio. Es a lo que nos abocamos, al crecimiento personal. La filantropía siempre está, pero de manera muy discreta.

—¿Por qué discreta y no secreta?

—Nos han tildado de un montón de cosas, tanto a la rama femenina como a la masculina. Si bien, como dije antes, la masonería es una sola, han dicho cosas terribles. Cuando algo es muy discreto o no se puede exponer demasiado, las conclusiones que sacan las personas son personales, o bien se quedan con lo que pueden llegar a ver en internet y, lo más probable, es que no tenga nada que ver.

—¿Cualquier persona puede ingresar a la Masonería?

—Cualquier persona que esté interesada en la Masonería puede pedir el ingreso  escribiéndonos a través de nuestras direcciones de contacto en Internet.

—¿Qué son los grados dentro de la Masonería y cómo se avanza en ellos?

—Los grados tienen que ver con el estudio que se le dedique. Algunas personas tardan un poco más, y un poco menos otras. Esto es un camino individual y cada uno tiene el tiempo para estudiar y para hacer las cosas. No es una facultad. Quizá una persona tarde un año y otra dos con respecto al estudio y al crecimiento personal. Es un combo, como todo en la vida.

—¿La vestimenta va cambiando a medida que se avanza en los grados?

—No te podría responder eso, pero sí que es muy importante respetar el negro riguroso en las reuniones. El negro quiere decir uniformidad, significa que todas somos iguales y que no se ostenta con la vestimenta.

—¿Qué la motivó a ingresar a la Masonería?

—Creo que las cosas de la vida siempre se dan porque se tienen que dar. Por medio de una persona que conocía, me lo comentó. Primero dije que no y después ingresé. No sabía si iba a perdurar y me pasó que sí. Estoy muy cómoda y estoy creciendo. Nadie está tocado con una varita mágica ni es especial ni mejor ni peor que nadie, pero el aprendizaje siempre es importante y yo elegí este camino, como otras personas eligen estudiar otros temas o gustan de otro tipo de cosas en donde se sienten cómodas, desarrollarse y hacer algo por uno mismo.

—¿La Masonería Femenina estuvo siempre? Porque parece algo más ligado a los hombres…

—Es de antigua data. Las mujeres siempre estuvieron, lo que pasa es que estaban resguardadas. Antes una mujer no podía pagarse una cuota de nada, siempre estaba a la sombra de su esposo. Hoy las mujeres son independientes. Todo eso costó, hubo una revolución, mujeres que revolucionaron la historia y que hicieron que hoy la mujer sea independiente en todo orden, desde un trabajo, hasta en sus decisiones y llegar a ser gerente y dar órdenes a un hombre, por ejemplo. Antes eso no pasaba y la mujer estaba como a las sombras, pero estuvieron en todas las revoluciones.

—¿Cuándo se empiezan a conformar las logias femeninas entonces?

—Las logias en la antigüedad eran los catedreros, los que venían a hacer las grandes catedrales a las ciudades. Esas personas no venían solas, venían con sus familias, esposas e hijos. Viajaban largos caminos y a lo mejor tenían que pasar meses o años en ese lugar para levantar una catedral. Había familias: mujeres y hombres.

 —¿Cómo trabaja la Logia Femenina en Rosario y la Argentina?

—Hay dos orientes. Todos nos llevamos bien, pero hay algunas hermanas que pertenecen a la Gran Logia y nosotros pertenecemos al Gran Oriente. Nuestra Logia se llama Flora Tristán. En todos lados se trabaja de la misma forma, viajamos, o vienen y allí confraternizamos. Es una escuela de vida. Para nosotros es el aprendizaje, el mundo de los símbolos, para un crecimiento personal. La masonería es una elección y no una religión. Respetamos todas las creencias y nos sentamos en la mesa y seguimos siendo hermanas. Tampoco se hace política dentro de la Masonería.

—¿Cómo se maneja el tema del anonimato? ¿Se puede decir que se es miembro masón?

—Cada uno es libre.  Hay personas que son más discretas y prefieren preservarlo. En la antigüedad no se podía decir porque éramos perseguidos, pero en la actualidad es una decisión propia preservar o no la condición de masón.

Acerca de la Logia Flora Tristán

Desde la Logia Femenina “Flora Tristán Nº10” contaron que el nombre que lleva es en honor a Flora Celestine Therese Henrriete Tristán Moscoso, nacida el 7 de abril de 1803 en París. Hija de madre francesa y padre peruano perteneciente al ejército español, transcurrió su infancia y adolescencia plagada de penurias.

Que la temprana muerte de padre, el abandono del estado francés a su madre y hermanos, obligó a Flora desde muy joven a lidiar con dificultades, trabajó en una litográfica y tomó la decisión de casarse con el propietario de la empresa, con el cual tuvo tres hijos.

“Flora es reconocida como una de las primeras feministas en Francia, la decisión de divorciarse, el litigio por la custodia de sus hijos forjó en ella, a lo largo de los 12 años que duró el conflicto, un espíritu de lucha y constancia”.

Foto gentileza «Flora Tristán Nº10»

“Emigra a Perú y escribe en 1835 su primer libro “La situación de las mujeres extranjeras pobres en Francia”, basándose en su propia experiencia. En 1837 escribe su segundo libro sobre el divorcio, rememorando la experiencia del intento de homicidio de su esposo.

Militante por los derechos de la mujer, los trabajadores, se opuso a la esclavitud, al oscurecimiento religioso y la pena de muerte.

“Burdeos es el lugar de su descanso eterno, en 1844 la fiebre tifoidea apago la vida de una mujer integra e inclaudicable. En 1848 los movimientos obreros de la época inspirados en sus principios y lucha le dedicaron un monumento, construido en su tumba y organizaron una marcha que fue multitudinaria”.

“Inspirada en sus preceptos, historia de vida y principios la Respetable Logia Flora Tristán N° 10, se siente honrada de llevar su nombre”, señala el escrito difundido y firmado por la ‘Respetable Logia Flora Tristán N° 10’”.