Por Gisela Gentile

En el marco del día mundial de tolerancia cero con la mutilación genital femenina, el pasado viernes 7, se brindó en el Auditorio Central CEMAR, una valiosa charla sobre la episiotomía. Práctica que es realizada de manera habitual y compulsiva en obstetricia, pero que poco se recomienda.

Este valioso encuentro fue organizado por el Área de Atención Integral de la Mujer del Hospital Roque Sáenz Peña y estuvo coordinado por los doctores Enrique Mesa, Gustavo Baccifava y Guillermo Carroli. La misma estuvo dirigida a médicos\as, directores\as de Maternidades, y público en general con el fin de concientizar, visibilizar y  brindar números reales sobre la taza de episiotomía en nuestra ciudad.

Algunos medios de la ciudad (entre ellos Conclusión) tomaron el tema y difundieron estadísticas sobre dicha práctica. Una de las más rutilantes es la que indica que en el Hospital Roque Sáenz Peña, en 10 años, se redujo la tasa de episiotomías de 33 a un 2.7 %. Ante estos datos y otros tantos que evidencian científicamente que la episiotomía no es necesaria, la corporación médica acusó recibo y realizó un comunicado vía WhatsApp para difundir entre profesionales de la ciudad.

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El mismo contenía fragmentos tales como, Callar nos hace cómplices o partícipes necesarios de una mentira morbosa y malintencionada; éstos conceptos radicalizados y falsos, en aquellas personas que no conocen el tema, despiertan sentimientos contradictorios.

Hay quizás en algunos médicos que hacen partos una postura naturalista, fisiológica, humana y de avanzada VERSUS otros que tenemos una postura arcaica, agresiva, deshumanizada.

Los que hemos abrazado ésta vocación de ayudar a las mujeres al nacimiento de sus hijos/as, somos hombres y mujeres comunes. NO somos personas perversas que, porque nos hayamos recibido de médicos, nos hemos deshumanizado.

Podemos equivocarnos, como cualquiera lo hace, pero NO merecemos que se nos trate con desprecio y se diga que es imperdonable que un médico decida hacer una episiotomía, que representa una tragedia, y que violamos los derechos humanos de las mujeres; y que además se escuden en la excusa que todo esto no es necesario y que a veces es preferible una cesárea a una episiotomía en casos extremos.

Antes fue la cesárea, que la hacemos para irnos antes a casa, o porque los honorarios son más altos, o para no correr riesgos y varios conceptos descalificadores más, pero lo que creemos es que se pretende colocar al médico enfrente de la sociedad para que sea juzgado por dañar a la mujer sin ninguna justificación médica ni humana que lo avale.

Cuidado que esta moda de enfrentamiento no sea el resurgimiento de una inquisición médica siglo XXI. Por supuesto que aceptamos y la mayoría estamos trabajando en ello, que se deben revisar, actualizar, discutir y sobre todo modificar conductas médicas, sabemos que es un cambio cultural que llevara tiempo, pero no somos necios ni negadores, sabemos que debemos modificar muchas conductas, PERO NO DESCUIDEMOS LAS FORMAS EN QUE LOS PLANTEAMOS; y sobre todo no hagamos creer a la gente que todo proceso nuevo debe arrasar y descalificara al anterior, adjudicándonos el nacimiento de un nuevo paradigma obstétrico y que muy sutilmente el que no está en ésta línea de avanzada, hasta ayer fue un maltratador, autoritario, desalmado y violador de los derechos humanos de las mujeres que cayeron sumisamente en sus manos.

Conclusión dialogó con María Petraccaro, integrante del Colectivo Auntoconvocado Mujeres en Tribu, quien nos detalló la sucesión de estas inaceptables conductas, “nos anoticiamos de lo que estaba sucediendo cuando algunos médicos\as nos comenzaron a mandar una carta que estaba  circulando entre los profesionales”.

“A través de este comunicado anónimo, la corporación hace referencia a una de las notas que se realizaron sobre la charla del viernes. No solo salen a atacar a las organizaciones de mujeres que luchamos contra la violencia obstétrica, sino que también se intenta cargar tintas sobre algunos de los reconocidos médicos que están al frente de Roque Sáenz Peña”.

Palabras llenas de violencia que indignan e impulsan a seguir luchando en pos de reivindicar más derechos, “nos enoja mucho esta situación, por lo cual hicimos circular el escrito entre las organizaciones de todo el país con las cuales trabajamos en red. Luego de ello decidimos desde el Colectivo Autoconvocado Mujeres en Tribu, realizar un comunicado en respuesta a la corporación médica. Las palabras fueron acompañadas con la firma de Doulas de Rosario y el Observatorio de violencia Obstétrica (agrupaciones que estuvieron presentes en la charla del viernes 7)  y los distintas grupos del país con las cuales articulamos cotidianamente”, concluyó.

Comunicado oficial en respuesta:

A raíz del encuentro muy cuidado y profesional, realizado el pasado viernes 7 de febrero en el auditorio del CEMAR y organizado por autoridades de la Maternidad del Hospital Roque Sáenz Peña, la corporación médica, desde un texto virulento, con la cobardía del anonimato y en forma de cadena de WhatsApp, hizo circular un comunicado donde no solamente acusa de tergiversar información a los\as médicos\as expositores, sino que desconoce por completo el marco normativo y legal sobre los derechos de mujeres y personas gestantes a la hora de parir. Comunicado en el que destila odio por las mujeres, reafirmando que están en disputa nuestros cuerpos y que no está dispuesta a ceder el control sobre ellos.

En esa jornada de formación y difusión, en el marco del Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, se brindó clara, precisa y contundente evidencia científica acerca de la episiotomía, que confirma lo que muchas mujeres sabemos o, al menos, sospechábamos: que esa intervención no es necesaria en ningún caso y que no está recomendada bajo ningún punto de vista que se realice de forma rutinaria. Así también lo afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el documento “Recomendaciones para los cuidados durante el parto, para una experiencia de parto positiva”. Sin embargo, los datos que se brindaron en esa misma actividad, dan cuenta de que en algunos efectores de salud de la ciudad le hacen episiotomía al 50% de las mujeres que paren por primera vez. En tanto, gracias a una política tendiente a eliminar esa práctica, se logró que en el Área de Atención Integral de la Mujer del Hospital Roque Sáenz Peña ese número haya descendido al 2,7%. Quienes participamos de las charlas de ese día nos fuimos con la esperanza de que esta información llegara a todos y todas los/as profesionales de la salud y, así, se lograra revertir la incidencia de una práctica que deja marcas indelebles en los cuerpos de las mujeres y personas gestantes.

Pero, para nuestra sorpresa, la reacción fue hacia el contrario: la corporación médica, con el texto anónimo que difundió el lunes 10/2, niega la violencia, descalifica la gran lucha para bajar las altísimas tasas de cesárea y se siente agredida por quienes defendemos los derechos durante el embarazo, el trabajo de parto, el parto, el nacimiento y el posparto. Continúa patologizando estos eventos y desconociendo su fisiología. Menosprecia la capacidad de decidir de las mujeres y personas gestantes, que seríamos seres fácilmente influenciables con “mentiras malintencionadas”. Continúa sosteniendo que son los\as profesionales quienes “hacen partos” y deben ayudar a las mujeres en ese trance, considerándonos seres fallados e incompletos que no sabemos parir. Niega categóricamente que haya, efectivamente, distintas formas de nacer y que algunas de ellas son brutalmente violentas. Parece no interesarle el deber ético que tiene de actualizarse y reconocer la evidencia científica (que en algunos casos ya tiene 30 años) y nos pone a las mujeres y profesionales de la salud que bregamos por el trato humanizado y por el respeto de las leyes vigentes (hechos que tildan de “moda”) como inquisidores\as, olvidando que ese proceso de persecución lo sufrimos mayormente las mujeres para ser despojadas de nuestros saberes y de la soberanía sobre nuestros cuerpos. Evidentemente desconoce que sí, a quienes no cumplen con las leyes se les persigue, pero no inquisidoramente, sino con el peso de la ley.

En el cierre del escrito pide que se ayude a los\as médicos\as que “se equivocan”, pero sin enfrentamientos. Desde los colectivos de mujeres que trabajamos cotidianamente por la erradicación de la violencia obstétrica le decimos a la corporación médica que eso es lo que hacemos todos los días: informar, difundir información certera y fortalecer a las mujeres y personas gestantes y a sus familias para que no las violenten durante el proceso de parto y nacimiento. Justamente, lo que se hizo en la jornada del 7/2 fue aportar ayudas a la formación de los\as profesionales de la salud que trabajan en estas áreas para que no se equivoquen más. Fue una jornada basada en la evidencia científica, en los saberes y en el respeto. ¿Qué más ayuda que esa? Si en esa actividad vieron violencia y enfrentamiento, no saben lo que significa tener una cicatriz en el perineo, realizada sin ningún tipo de justificación médica, que en la mayoría de los casos se realiza sin autorización ni conocimiento de la mujer, que provoca profundo dolor, problemas en la vida sexual y reproductiva y trastornos psicológicos para siempre.

Con su necedad están enfrentando a la evidencia científica y avalando y sosteniendo la violencia que denunciamos.