Por Gisela Gentile

María de los Ángeles se fue repentinamente, lo abrupto de su muerte empujó de manera inmediata a una familia a exigir justicia, a transitar un espinoso camino al cual fueron invitados de prepo y sin esperarlo.

Un espacio tan sensible quedó vacío, la dulce voz de aquella seño que les contaba cuentos a los más pequeños, se dejaría de oír. Pero los libros no mueren nunca, y esas hermosas experiencias vividas junto a los chicos de la “Gurru” quedarán atesoradas por siempre.

Uno de los anhelos que tuvo en vida María de los Ángeles Paris en esa institución, era justamente poner en marcha un nuevo espacio para sus libros, cuentos y enciclopedias. Poco tiempo después, ese deseo pudo materializarse dándole aún más vida a ese espacio que abrazará por siempre su memoria.

Ya pasaron más de dos años de aquel imborrable 3 de mayo de 2017 en la comisaría 10°, donde en circunstancias que aún deben esclarecerse, María de los Ángeles falleciera intempestivamente. Una muerte dudosa que tiene a 5 policías bajo la lupa en su proceso de investigación.

“Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca”, sostenía el gran Jorge Luis Borges, anclados en estas palabras, con seguridad un sinfín de letras invadirá el nuevo espacio literario que este último viernes se inauguró en el Complejo Gurruchaga. Un paraíso que María de los Ángeles siempre anheló.

Conclusión dialogó con la directora del nivel primario Mariana Sánchez con el fin de conocer en profundidad cómo surgió la nueva biblioteca de la “Gurru” que lleva el nombre de María de los Ángeles.

En el 2018 una nueva gestión toma la dirección, desde allí y junto a otras propuestas edilicias, se comenzó a gestar esta hermosa idea. “Cuando tomamos la dirección notamos que la escuela estaba muy venida abajo y que había que hacer muchas inversiones para mejorarla. Decidimos empezar con  la reubicación de la dirección que estaba en la planta alta y pasarla  a la planta baja”.

Fue en ese momento donde las ideas comenzaron a fluir, “pensaba qué fin podíamos darle a  ese nuevo espacio donde ya no funcionaría la dirección, allí surgió la idea de una biblioteca. En todo momento la imaginé muy colorida, que atraiga  a los niños, que sea un lugar donde  se sientan motivados, les guste estar, y por sobre todo donde exista una pertenencia”.

Resulta fundamental que tiempos en donde las pantallas acaparan las miradas de los más pequeños, existan lugares donde se sientan parte y quieran permanecer. “El mural fue pensado desde allí, justamente decidimos hacerlo en el fondo del salón persiguiendo ese sentido de pertenencia”.

De a poco se fue gestando un universo de colores, formas y letras que dieron lugar a un maravilloso punto de encuentro, donde niñas y niños dejarán volar sus pensamientos y amarrarán conocimientos, experiencias y sensaciones.

“Un día y sin pensarlo, es el universo quién te marca el camino, ya que un día subo con una mamá que era vicepresidenta de la cooperadora a mostrarle como estaba quedando el espacio. En ese momento no sé porque, se me ocurrió decirle que en forma de homenaje podíamos ponerle María de los Ángeles, todo esto sin saber cómo se podría hacer, ya que aquella que funcionaba en la escuela tenía otro nombre. En ese momento la mamá se larga a llorar, y yo le dije porque se ponía tan sensible, y me dice vos no me vas a creer pero ella siempre dijo que le hubiese gustado que la biblioteca este físicamente en el lugar donde hoy está”, espetó la directora.

Luego de saber el deseo de Paris, se puso en marcha todos los preparativos para poder inaugurarla y que llevase su nombre. “Luego de conocer su deseo, me embalé muchísimo, sentía que era una forma de devolver algo. Si bien yo no la llegué a conocer, siempre las chicas  transmitieron lo mejor  de ella y me parecía que de alguna manera había que cerrar eso que quedó abierto en los niños”.

“Me dio mucha ternura ver llorar a cantidad de chicos, sobre todo a los más grandes que la conocieron con mayor profundidad a María de los Ángeles. Fue un acto muy emotivo que quedará atesorado en grandes y niños”, concluyó Mariana Sánchez.

Erika Salazar, hija de la bibliotecaria también dijo presente en el acto inaugural y comentó que estaba muy agradecida y orgullosa de haber presenciado un gesto tan hermoso y cálido por parte de la escuela que la cobijó por tantos años. Recalcando que su mamá estaría muy feliz de ver como quedó el lugar que tanto amaba.