Por Federico Morel

Un grupo de voluntarios se aboca a acompañar a los presos que no tuvieron la oportunidad de alfabetizarse. La tarea no es sencilla pero, según uno de sus referentes «es un acto de justicia».

Guillermo Cabruja es un militante y  referente de la Multisectorial de Solidaridad con Cuba y la Patria Grande. Actualmente es el encargado del programa Yo, sí puedo, y junto con varios voluntarios decidieron acercarse a las cárceles a acompañar a los presos que no saben leer ni escribir para que puedan interesarse por el proceso de aprendizaje que conlleva aprender a leer, aprender a escribir y por sobre todo a comprender un texto.

Cabruja sostiene de manera certera que «es un acto de justicia porque no saber leer ni escribir es injusto, porque nadie de nosotros a los cinco años eligió ir a la escuela, a nosotros nos llevaron. Pero algo pasó por lo cual ellos no pudieron ir a la escuela».

Sobre el proceso que conlleva este proyecto, el militante por la educación pública dijo que «la verdad que es maravilloso poder enseñar a leer y a escribir a una persona que no lo sabe. Los jóvenes que están en al cárcel, muchos de ellos no saben leer y escribir y muchos saben pero con muchas dificultades y les cuesta mucho lo que es la compresión de un texto».

«Así que estamos convocando, no solo para la cárcel, sino que estamos haciendo un trabajo fuerte en el barrio Santa Lucía que comenzó el año pasado donde se hizo un relevamiento en 18 manzanas, 450 casas donde se detectaron 84 personas que no sabían leer y escribir así que ahí estamos trabajando con voluntarios. Estamos convocando a voluntarios para seguir con esos procesos de alfabetización«, contó Cabruja.

 

Al consultarle sobre la situación que llevó a estas personas a no comenzar sus estudios o continuarlos, el referente de la organización por la alfabetización explicó que «la mayoría de los pibes de la calle son hijos del neoliberalismo, en los años 90 los chicos iban a la escuela hasta que podían, después hubo un proceso donde los papas las mamás salían a pedir y se llevaban los chicos. No aprendieron a leer y escribir porque no pudieron. En estos tiempos no saber leer y escribir es un crimen. Por eso decimos que son victimas del neoliberalismo. Todos los argentinos tenemos que tener la secundaria completa y ¿la persona que no sabe leer y escribir como hace?».

La mayoría de los pibes de la calle son hijos del neoliberalismo

«Estamos hablando muy básico, es como tomar agua. Nosotros no pensamos en leer para nosotros es algo automático, y la otra persona no lo puede hacer. Hay miles de anécdota para contar pero lo hacemos porque es un acto de justicia, y luego acompañar en el proceso a través de la primaria y después de la secundaria», concluyó Cabruja.

Espacio cultural

La campaña de alfabetización comenzó en el espacio cultural Que Te Pasa. Joel Natalí, coordinador del lugar, habló con Conclusión y contó que «la campaña de alfabetización que hemos lanzado tiene que ver con un montón de otras actividades que el centro cultural a lanzado y realiza desde la institución y hacia la comunidad».

Sobre los resultados que han obtenido, el referente del espacio cultural de Pichincha mencionó que «hemos transitado al alfabetización en cárceles y hemos llevado la experiencia hacia afuera de las cárceles al barrio Santa Lucía. Hasta el momento llevamos 173 personas en situación de encierro y en el barrio Santa Lucía hemos detectado 15 personas que se alfabetizaron«.

La convocatoria ya está abierta. Y dijo: «Estamos haciendo esta convocatoria para llevar a otros barrios esta experiencia. Pueden buscar las paginas y redes del centro cultural. No hay que ser docente para hacer esta tarea nosotros lo que hacemos es un acompañamiento del proceso de aprendizaje que hacen estas personas».