La pandemia puso de manifiesto el rumbo siniestro que implica la actual cultura del descarte y el carácter esencial de la labor llevada adelante por cartoneros. A pesar de este reconocimiento simbólico, miles de trabajadores del reciclaje continúan en la más absoluta informalidad y precariedad. Además, son innegables las terribles consecuencias ambientales que acarrea una mala gestión de residuos.

Es por eso que hoy se realizó una jornada de protesta a nivel nacional por una Ley de Envases con Inclusión Social.

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“Hoy largamos a nivel nacional la Ley de Envases y también queremos dar a conocer la prueba piloto que funciona en Rosario donde junto con la Municipalidad, se trabaja en el reciclado”, expresó en diálogo con Conclusión Mónica Cresto, referente a nivel nacional del MTE pero aclaró: “Pero para que esta prueba piloto avance, el segundo paso es tener la planta de reciclado, y no la tenemos”.

En ese sentido explicó que “la pelea nuestra es por un reciclado con inclusión social, para honrar el trabajo de mis compañeros. Este es nuestro derecho a trabajar”.

Convencida, Cresto dijo que el problema radica en que “la basura deja mucha plata, están metidos grandes empresarios, entonces los ‘negros’ de los barrios molestamos”.

“El reciclado deja muchísima plata, por eso estamos exigiendo el reciclado en nuestras manos. Se ha probado en otras ciudades y funciona muy bien”

Y a modo de ejemplo, dijo que “hoy están pagando 14 pesos un kilo de cartón, nuestros compañeros lo venden a 25 o 28 pesos, hay una diferencia. Entonces el que va y se desloma para juntar cartón tendría más beneficios”.

La clave está en poder defender y honrar el trabajo de los cartoneros. “El trabajo que hacen ellos no lo quiere hacer nadie. Meten la mano en la basura, porque se cortan, se pinchan, no les importa tener frío o calor. Eso se llama honestidad y trabajo. Nunca venimos a pedir un bolsón de comida, lo que exigimos es poder trabajar, llevar el plato de comida a la mesa, que nuestros hijos sepan que no nos mantiene nadie, que nosotros mismos nos mantenemos”, señaló eufórica.

Por su parte, la promotora ambiental Susana Arriolla, explicó a Conclusión que “la Ley de Envases pretende que las empresas que envasan y contaminan se les saque un parte para poder hacer el reciclado. La idea es que ese material caiga en mano de nuestros compañeros. De que los grandes generadores se hagan cargo de ese material que no tiene reciclado y que ese presupuesto que aportan al Estado vaya al Estado pero sabiendo que es nuestro, que podemos armar proyectos y sumar a los compañeros en un reciclado con inclusión social”.

Actualmente en la Municipalidad son reconocidos 15 trabajadores del rubro: 5 promotoras ambientales y 10 compañeros de calle.