Por Tomás Labrador

El Hipódromo Independencia, enclavado en el corazón del Parque Independencia, es desde 1901 un rincón emblemático de Rosario. Por sus tribunas de cemento, las primeras de la ciudad, han pasado personajes históricos para disfrutar de momentos históricos de la hípica argentina.

En el año 2006, el Jockey Club de Rosario, que administraba el Hipódromo desde su fundación, dejó de hacerlo y aunque no explicaron los motivos, quizás fue porque ya no le resultaba rentable. A partir de entonces, la administración de la pista y todas sus instalaciones pasaron a depender de la Sociedad del Estado Municipal Hipódromo de Rosario (SEMHR), una empresa creada a través de la ordenanza 8092 aprobada en el Concejo Municipal el 7 de diciembre de ese año y promulgada por el Ejecutivo Municipal el día 15 del mismo mes.

Actualmente en las instalaciones del hipódromo, además de las actividades hípicas, parte de los edificios y la mitad del óvalo central se destinan al funcionamiento del Instituto Superior de Educación Física Nº 11 «Abanderado Mariano Grandoli».

Conclusión visito sus instalaciones y mantuvo un extenso diálogo con el gerente deportivo Oscar Baratucci, miembro de una tradicional familia ligada a las carreras de caballos de pura sangre y conocedor como pocos de este deporte, que lo apasiona «desde siempre porque nací y crecí en el hipódromo», según sus propias palabras.

Quinientas familias

Baratucci recibe a Conclusión en la entrada del hipódromo y comienza la charla, que luego continuará en su oficina, con un tema que será una constante a lo largo de la entrevista: «Quiero que digan que del trabajo en el hipódromo dependen 500 familias». Y continúa, «Mucha gente no sabe que un caballo de carreras emplea de promedio a 6 personas para su mantenimiento, entre domadores, cuidadores, herradores y veterinarios, muchas profesiones que se transmiten de padres a hijos. En el hipódromo nos conocemos todos y formamos una gran familia».

Ya en su oficina, aclara algo que muchos rosarinos seguramente no saben: «El hipódromo es un lugar abierto, desde que nosotros nos hicimos cargo, el acceso es libre y gratuito, los días de carreras muchas familias vienen a aprovechar el espacio, a tomar mates y disfrutar del espectáculo». Y agrega: «Nadie está obligado a apostar por estar dentro del hipódromo, así que invito a los rosarinos que vengan a conocer y gozar de este espacio que es de toda la ciudad».

«Necesitamos ayuda para competir»

En cuanto a la situación actual del hipódromo, Baratucci dice que necesita ayuda para funcionar correctamente y desplegar todo su potencial: «Todos los hipódromos del mundo son deficitarios».

«Tendría que haber una ley como ocurre en muchos países y sin ir tan lejos, en nuestro país, como en la provincia de Buenos Aires, que dispone que el 13% de los ingresos por juego en la provincia deben ser destinados al mantenimiento de los hipódromos de San Isidro, La Plata, Azul y Tandil, pistas que funcionan a pleno en esa provincia», expresó el gerente deportivo de la pista rosarina para luego ampliar: «A través de esta ley, los hipódromos de San Isidro y La Plata disponen de unos ingresos mensuales de 20 millones de pesos aproximadamente. Esto les permite hacer carreras los 7 días de la semana, nosotros no pretendemos tanto, pero sí una ley similar que nos brinde unos fondos que necesitamos para funcionar, porque hoy sólo tenemos el aporte del municipio, no contamos con sponsors, ni con otro tipo de ingresos».

Los ingresos que reclama Baratucci no son sólo para darle realce a la principal actividad de la pista que son las carreras, sino también para mantener sus instalaciones que sin duda pertenecen al patrimonio histórico de Rosario.

Actualmente parte de los ingresos vienen de las apuestas, pero se destinan a los premios para los ganadores de las carreras. «Un premio puede estar entre 20 o 30 mil pesos para un caballo ganador, que se reparte entre jockey, cuidador y propietario, mientras que en los hipódromos de la provincia de Buenos Aires o en Palermo, que se sostiene porque en sus instalaciones funciona un casino, esos premios se quintuplican. Entonces, eso les da un atractivo contra el que no podemos competir y muchos propietarios y cuidadores prefieren que sus caballos corran allá», contó Baratucci con cierta resignación ante una realidad contra la que hoy por hoy no tiene herramientas para cambiar.

Propuestas y posibles soluciones

«Entonces la solución pasa por tener un casino dentro del hipódromo como ocurre en Palermo y San Luis o se sostiene gracias al aporte de la lotería como pasa en las provincias de Tucumán, Mendoza y Buenos Aires. Nosotros necesitamos resolver la situación de 500 familias, en un hipódromo con mucho potencial, que en la actualidad, sólo puede organizar dos carreras mensuales. Aunque cada vez que tenemos carreras asisten entre 60 y 70 caballos de la región, incluso de Córdoba y otras provincias», expresó Baratucci. Y amplió: «Hacemos carreras oficiales, donde los caballos rankean a nivel nacional e internacional a través del Stud Book, que es el registro oficial de todos los caballos de pura sangre del país, donde se registra desde su nacimiento hasta todas las carreras que ganan, lo que les permite integrar el ranking nacional e internacional».

Planes de futuro

A pesar de que la situación del Independencia no es la mejor, su gestores tienen planes de futuro. «Nos gustaría construir un túnel por debajo de la pista para poder acceder al óvalo central, incluso los días de carrera, para que los visitantes puedan aprovechar de este espacio, además queremos incorporar actividades como equitación para todas las edades y equinoterapia», le dijo a Conclusión Oscar Baratucci antes de despedirse y reiterar la invitación para que toda la ciudad se acerque y conozca mejor al hipódromo.