Rosario está desbordada de insectos. La referencia hace al hecho ineludible de la invasión de estos pequeños pero molestos animales, que dificultan no solo el accionar diario de la población, sino que afectan tanto principalmete la convivencia en el espacio público. El uso de repelentes apenas alcanza para satisfacer la gran demanda, e incluso a veces se vuelve insuficiente, por la limitada cantidad y precios inaccesibles. Esto en un contexto de clima muy pesado, acorde a la época, sobre todo en diciembre y febrero, que suelen ser meses propicios para la espació de invasores de todo tipo.

El escenario de altas temperaturas y exceso de humedad colaboró con esta circunstancia. La proliferación en la ciudad sucede durnte todo el día. Ante esto, en diálogo con Conclusión, Carlos Tasinato, director de Control de Vectores de la Municipalidad de Rosario, ofreció mayor claridad sobre el panorama: «Hay una clase de insectos que no estamos acostumbrados a verlos durante el resto del año, aparecen ahora en épocas más cálidas, ya con temperaturas de verano, asociado a la humedad que en estos días se ha potenciado, sobre todo por las lluvias, efecto de la corriente del Niño que hace que llueva más de lo habitual».  

«Tenemos multitud de insectos, algunos son más notables que otros, los mosquitos son los más visibles, pero también aparecen chinches de agua, además de unos quironómidos, que son unos insectos muy similares a mosquitos, se los denomina mosquitos tipo bobos porque no pican, pero son también familiares del mosquito», informó.

«Hay otros tipos de chinches también, se ven alguaciles a la par que aparece el agua, nuevos charcos que se mantienen por más tiempo del habitual que tendrían que permanecer después de una lluvia, al ir recargándose en forma periódica por estas precipitaciones que se producen cada tres o cuatro días», agregó sobre uno de los principales factores.

«Esto hace que se mantengan esos espejos de agua, y van apareciendo especies asociadas a esos cursos de agua. A la par que aparecen mosquitos, van a aparecer también depredadores que se encargan del control de esta población de mosquitos», especificó.

Consultado sobre si influye la crecida del río en esta situación, comentó que «en este caso, yo creo que tenemos otros cursos de agua para que se críen estas especies. Lo del río puede llegar a ser algo secundario porque tenemos agua por todos lados, entonces no habría que atribuirlo solamente a la crecida, sino más que nada a los espejos de agua que se van formando por las lluvias».

«De esos espejos de agua se ven muchos, sobre todo en algunos parques, en la parte del pavimento, y se ven mosquitos y quizás hay algunas larvas», alertó.

En torno a si hay que tener algún cuidado especial con esto, indicó: «Con respecto a la chinche de agua, que genera reclamos, hay que pensar que no hay una especie de importancia sanitaria. Obviamente puede llegar a picar, entre comillas, y provocar algún daño local, pero no es que vaya a transmitir enfermedades ni nada que se le parezca. En cuanto a mosquitos, el que está predominando es el tipo Culex, que si bien es molesto y puede generar algún malestar por la picazón que produce la picadura, no va a ser de importancia sanitaria como el Aedes, que es transmisor del dengue».

En referencia a cuánto va a durar esta permanencia de insectos, aclaró: «Suele suceder que, a medida que entramos al verano, las lluvias empiezan a atenuarse. Para finales de diciembre ya van a ser un poco más espaciadas, o deberían serlo. Estamos en un año niño, va a llover más de lo habitual, eso no quiere decir que vamos a tener un verano muy lluvioso. Acá los veranos suelen ser bastante secos y tenemos un reinicio de lluvias allá por mediados de febrero, no quita que vengan lluvias en enero, pero la asociación de bajas precipitaciones, menor humedad, temperaturas altas, va a llevar a menguar la población, sobre todo de mosquitos, que son muy susceptibles, muy débiles a estos cambios ambientales que se pueden producir en esta época».

Respecto a si van a contiuar las fumigaciones por parte de la Municipalidad, confirmó que «sí, está planificado hacer controles. El control es disminuir los picos poblacionales que suceden, lo que se hace en un plan de fumigación es complementario, no es la única acción que se hace sobre mosquitos, ni siquiera debe ser la más efectiva. Los mismos efectos ambientales regulan la población, de todas maneras hay refuerzos en los trabajos de fumigación, que se van a seguir haciendo en parques, espacios al aire libre, en lo público, donde haya mayor afluencia de personas».