La inseguridad en las calles de Rosario sigue siendo la principal preocupación de los vecinos. Sea donde sea, todos piden mayor seguridad. Barrio Martin no es la excepción. De hecho, comerciantes de calle San Luis al 600 están hartos de los robos y arrebatos que han en la zona.

En diálogo con Conclusión, Silvana, dueña de un local de ropa, contó que la semana pasada le robaron y que ayer volvieron a intentarlo, pero zafó al poder espantar al ladrón que intentó ingresar al negocio.

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“Ayer en la tarde estaba en el local, entró una chica y había dos muchachos parados en una moto en la puerta. Uno de ellos se bajó, se acercó, me sacó conversación y me preguntó por un odontólogo. Cuando le dije que está ubicado en la otra cuadra, trató de entrar al local, y me pidió que le dé el celular. En ese momento se levantó la remera e hizo como que iba a sacar algo. Yo justo tenía el alcohol en la mano así que le tiré en los ojos para espantarlo y pude cerrar la puerta”, describió angustiada.

En seguida explicó que “mi miedo era que les pasara algo a las chicas que están en el local. Yo no le deseo el mal a nadie, lo que falta acá es educación, esto no tendría que estar pasando”.

“Tuve la suerte de que este muchacho no estuviera armado, pero me podría haber pasado algo. Yo lo que quiero es que al menos la policía que está acá la vuelta nos cuide, a todos los comerciantes e inquilinos”, se quejó.

Luego recordó que hace una semana le entraron a robar: “Estábamos de vacaciones, entraron y se llevaron lo que había en la caja. Es algo continuo”.

Cansada de los robos permanentes, Silvana dijo que actualmente están en tratativas con todos los vecinos para poner alarma comunitaria, personal de vigilancia y “ver qué podemos hacer en la zona ya que la policía no hace nada”.

Así las cosas, Silvana prefirió no hacer la denuncia porque “voy a la comisaría, pierdo tiempo y después los ladrones salen, pasan por acá y te amenazan”.

Damián, dueño de la veterinaria ubicada en San Luis 621, dijo a este medio que “hay mucho arrebato, acá en la zona pasan las motos a cada rato y arrebatan lo que encuentran. Hace poco trataron de robarle a una pollería que está en la cuadra también, pero lo que más vemos son arrebatos”.

“Ya no tienen impunidad, entran, te quieren manotear lo que ven arriba del escritorio, las mecheras también están dando vueltas todo el día”, describió preocupado.

Finalmente, consideró que “nosotros trabajamos con la puerta cerrada y eso nos da un poco más de seguridad, pero los que tienen que tener las puertas abiertas es complicado”.