La disminución de las fuerzas federales en Rosario, que incluyó el éxodo de más de 1.000 efectivos, despertó incertidumbre en la sociedad sobre el futuro de la seguridad, al igual que la respuesta del gobierno provincial con la puesta en escena de unos 750 agentes policiales en las calles.

Días pasados lo había adelantado el secretario de Seguridad Pública de la provincia, Gerardo Chaumont, en dialogo con LT8 cuando dijo que “a mediados de enero la mitad de la fuerza de Gendarmería desplegada en Santa Fe dejará la provincia». Y ratificó lo que pronto sucedería: “Es una fuerza federal que no está acá para quedarse eternamente, vino en un momento dado para cumplir una misión determinada y llegó el momento en que se retire”, afirmó por entonces el funcionario.

Pero lo que sí resultó contrario a la realidad, fue su afirmación que “de cualquier manera este retiro no será en forma abrupta sino consensuada”.

Ayer las palabra del secretario de seguridad de la nación, Sergio Berni, fueron: “Cumplimos con la palabra de mantener 2.000 hombres durante más de ocho meses”.

De allí en más, todo hizo suponer que hubo serias desinteligencias o falta de comunicación entre los responsables de la seguridad del orden nacional y provincial.

Distintos representantes del comercio local y representantes de los trabajadores tuvieron voces disonantes sobre el resultado de la intervención de las fuerzas federales. Sí coincidieron algunos en la necesidad de esperar para analizar con pruebas cómo resulta el nuevo esquema de seguridad. Otros no fueron tan optimistas.

En este sentido, Ricardo Diab, de la Asociación Empresaria de Rosario (AER), indicó que la decisión de retirar los hombres de la Gendarmería se vivía en su sector «con preocupación y desconcierto por lo celérico que resulto la migración de los gendarmes» y remitió que por este motivo estuvieron «reunidos con el Secretario de Seguridad de la provincia Chaumont hace 30 días».

Sobre lo sucedido en ese encuentro relato: «Le preguntamos qué pasaba con Gendarmería, ¿se queda o no, o reducen su rotación?» y notaron que «en ese momento él no lo sabía», pero suponía que «no iba a existir por parte del Gobierno nacional una mediada intempestiva que pusiera en riesgo la ciudad y la región».

Diab expresó preocupado que ellos entendían «que en su momento el Gobierno nacional había comprendido que Rosario necesitaba un refuerzo en seguridad». Algo que tampoco el gendarme «sabía y le dijimos que si él tenía un problema debíamos hacernos eco toda la ciudad y las fuerzas vivas para reclamarle al Gobierno nacional que se quede la Gendarmería».

Frente a los dichos del Secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, quien manifestó anoche «que el gobierno ya cumplió los compromisos y la provincia está en condiciones», el referente de los empresarios ratificó que «duda que el gobierno de la provincia o el de la ciudad esté en condiciones» de hacerse cargo de esta realidad.

Y seguidamente dejo en claro que les cree «poco y casi nada en materia de seguridad, no les creo», y expresó que «hay que ser crudo porque arrancamos con un gobernador -Binner- que decía que no había problemas de seguridad, que sólo era una sensación y esto hasta incluso lo decían autoridades nacionales».

En el mismo sentido aludió que «faltan patrulleros, falta policía, no tienen nafta, están rotos y el gobierno de Santa Fe decía que no era cierto».

«En seguridad no podemos confiar ni en lo que dicen las autoridades nacionales, ni provinciales, ni nadie… los resultados están a la vista»

Diab deslizó su sensación de desazón por lo sucedido porque «después nos enteramos cuando asumió el nuevos Secretario de Seguridad -Chaumont- que las patrullas en la ciudad comprometía sólo a treinta efectivos por turno y el propio secretario de seguridad anunciaba que lo iba a incrementar a 90,  luego dijo a 120 o 130, para el mes de marzo».

Finalmente, endureció las criticas y disparó que «en materia de seguridad no podemos confiar ni en lo que dicen las autoridades nacionales, ni provinciales, ni nadie, los resultados están a la vista» concluyó el dirigente empresario.

Por su parte, la primera mandataria de la ciudad, Mónica Fein, declaró que Rosario «requiere una importante presencia de ellos” y aclaró: “Cuando fuimos a Buenos Aires logramos el compromiso del Gobierno nacional y sabíamos que era por tiempo determinado, no digo que no nos hayan dicho que era por un tiempo”.

Sin embargo, consideró que más allá de lo acordado, hoy «sigue siendo fundamental la acción de Prefectura y Gendarmería para garantizar la seguridad en la ciudad».

“Necesitamos todas las unidades, como ciudad vamos a insistir, vamos a plantear una presencia fuerte porque tenemos rutas que nos cruzan que vienen de Bolivia y Paraguay por lo que tienen que actuar estas fuerzas”, indicó.

A su vez, el titular de la Unión Tranviarios Automotores (UTA) local, Manuel Cornejo, sostuvo en diálogo con LT2: «Vamos a esperar… tenemos que ver, recién se fueron hace uno o dos días, de todas maneras el tema no cambió mucho para los choferes».

«Los robos se siguen dando, en tanto y en cuanto no haya agresión a los conductores las denuncias no se hacen, así que vamos a ver. Esperemos que no empeore, a nosotros no nos mejoró la llegada de los gendarmes», especificó Cornejo.

Por último, acerca de la irrupción de la Policía de Acción Táctica, expresó: «La confianza no hay que perderla nunca, nosotros sabemos que la policía hace lo que puede» y describió los riesgos que corren los trabajadores del transporte porque están «mas expuestos que cualquier ciudadano, aunque la inseguridad es para todos», concluyó el sindicalista.

Otro de los sectores que hizo oír su voz fue el de los taxistas. Su representante, el secretario general del Sindicato de Peones de Taxis, Horacio Boix, lamentó el retiro de efectivos federales y consideró: “Sería bueno que se quedaran” en la ciudad.