El fuego y el pánico se apoderó de barrio Martin durante la tarde y la noche de este miércoles. El incendio que tuvo como escenario a una sucursal de supermercados La Gallega en Mendoza y Ayacucho sigue teniendo consecuencias pese a que las llamas fueron apagadas.

Esta mañana, desde temprano, empleados y personal jerárquico de la empresa se presentaron en el local, aunque poco a poco fueron reasignados en otras sucursales.

Sin embargo, el temor de vecinos y transeúntes seguía debido a que aún quedaban brasas. Personal de Bomberos trabajó arduamente este miércoles para apagar el incendio y enfriando un enorme depósito, donde se generó el problema. Esta mañana, la preocupación se renovó debido a que nuevamente comenzó a salir humo del lugar.

El incendio

El problema que provocó el incendio en La Gallega de Ayacucho y Mendoza fue la explosión de un generador eléctrico ubicado en el depósito del local, según indicaron los propios trabajadores de la empresa.

Luego de ser detectado el siniestro, los empleados procuraron detener las llamas con matafuegos que disponían, sin obtener el resultado deseado debido al ímpetu del fuego. Sin embargo, los trabajadores manifestaron que ante la imposibilidad de controlar el fuego dieron el alerta para que todos salieran prontamente del local comercial.

Dos dotaciones de bomberos trabajaron en el lugar, mientras que miembros de la policía y agentes de tránsito colaboran en controlar las contingencias surgidas del incendio. Además, llegaron camiones de Aguas Santafesinas.

Una vez en el lugar, Conclusión registró la angustia de algunos vecinos por el momento que atravesaban. Entre una densa humareda que se esparcía por los alrededores del lugar, abundaban rostros preocupados y compungidos, detrás de una cinta que oficiaba de valla para contener a los curiosos y a los evacuados.

Una decena de patrulleros de la policía, junto a otros de la Guardia Urbana Municipal se colocaron en lugares estratégicos para facilitar el trabajo de las dotaciones de bomberos que llegaron para terminar con el incendio.

Las columnas de humo eran compactas y de una coloración negruzca, los rostros de los bomberos que tuvieron como misión apagar el fuego así lo testimoniaba.

Pasada la hora y media de trabajo, el jefe de los Bomberos Zapadores informó que las pérdidas en el depósito de materiales fueron  totales. Las tareas de enfriamiento y control continuaron durante la noche.