Por Federico Vega

A partir de las gestiones realizadas por los colaboradores del Hogar Josefina Bakhita el proyecto de una nueva residencia se encuentra más cerca de concretarse. Popularmente conocido como “el crotario”, funcionó, desde su fundación por el reconocido padre Santidrián, en los galpones linderos a la Estación Rosario Norte.

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El arzobispado de Rosario cedió un espacio que permitirá instalar nuevamente el Hogar, en Riobamba al 3400, que por motivos de seguridad debió ser mudado de su localización original. Al edificio ofrecido se le deben realizar las terminaciones pertinentes y las conexiones de gas y electricidad para lo cual, el gobierno de Santa Fe se mostró dispuesto colaborar a través del Ministerio de Desarrollo Social.

El arzobispo de Rosario, Eduardo Martín, visitó las instalaciones destinadas al nuevo hogar, acompañado por el ministro de Desarrollo Social de Santa Fe Jorge Álvarez, quien se asesoró con los interesados de las necesidades y la importancia de la función solidaria que cumple el establecimiento. En ese recorrido, el ministro pidió que se presenten planos, presupuestos del proyecto para poder dar cauce a la ayuda necesaria para concretar el trabajo.

Conclusión dialogó con Roberto Baigorri, un médico que lleva años colaborando con el Hogar, para conocer la situación actual de la asociación civil fundada por el padre Tomas Santidrían.

El Padre Ariel Barbero con habitantes del Hogar

Padre Ariel Barbero con habitantes del Hogar

“Los habitantes del hogar ya no están más en los galpones aledaños a la Estación Rosario Norte, sino que fueron trasladados a un lugar más digno sin riesgo de la violencia que estaban soportando para robarles lo poco que tenían” relató Baigorri.

Por el momento quienes vivían en los galpones fueron trasladados a una casa particular, prestada desinteresadamente para solucionar la situación temporalmente, “esperan, en sana convivencia, el lugar definitivo” dijo el médico.

Respecto al proyecto de un lugar propio y adecuado para “refundar” el Hogar explicó: “Es un proyecto ambicioso, que en una primera etapa contempla albergar a 12 personas y además sumar un comedor para las personas que vivan allí y otras que tengan donde vivir pero les falte la comida, queremos poder tener allí un centro de día para quienes los necesiten». «Nuestra tarea es ayudar al prójimo y buscamos la manera de hacerlo mejor todos los días”, concluyó Baigorri.

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