Con más de 360 mil visitantes, la Feria Internacional del Libro de Rosario cerró su edición más masiva hasta la fecha, un récord que pudo advertirse en las filas inmensas para firmar ejemplares o ingresar a las charlas y homenajes, y en las elevadas ventas que crecieron entre un 30 y un 40 por ciento respecto a la edición anterior y que posicionaron al evento como una fiesta cultural, sin abandonar la escena social, política y ambiental como demostró el discurso inaugural de Claudia Piñeiro al denunciar el «ecocidio» que sufren los humedales del Delta del Paraná y que no deja respirar a los rosarinos.

Este año la agenda de la feria que ya lleva 24 ediciones, se tornó prolífica y heterogénea con un promedio de 25 actividades por día, en las que desde las distintas salas del Centro Cultural Fontanarrosa y a través de actividades encarnadas por figuras de la literatura local y nacional se cruzaron concurridas mesas y charlas sobre el Mundial de fútbol, la defensa de los humedales, el género de autoayuda, la política, el teatro y el feminismo.

Con 57 stands de librerías y editoriales, 300 escritores e intelectuales invitados y un predio extendido que abarcó grandes espacios al aire libre, todo con entrada gratuita, la «fiesta de las letras rosarinas» nucleó a más de 360 mil visitantes, duplicando las convocatorias anteriores, lo que marca un hito en su historia.

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La masiva afluencia del público se vio reflejada en muchos de los homenajes y las charlas en las que la carpa de 400 butacas se vio desbordada y cientos de lectores debieron seguir las actividades desde una pantalla gigante ubicada en el patio del predio ferial, que se convirtió en un auditorio improvisado, en donde desde el suelo y con bebidas y snacks, ningún visitante se perdió la agenda diaria de la feria.

Las charlas de Pedro Saborido, Rep, María de los Ángeles «Chiqui» González, Cecilia Ce, Samanta Schweblin (vía streaming), la función de teatro de Luis Machín y los homenajes a Gerardo Rozín, Angélica Gorodischer, Juan Forn y Roberto Fontanarrosa fueron los eventos más convocantes, según indicaron los organizadores También autores de notoria popularidad como el periodista Charlie López -autor del libro «Somos lo que decimos»- y la escritora Camila Sosa Villada pasaron alrededor de 5 horas firmando libros y recibiendo a sus lectores, que hicieron filas de varias cuadras para conocerlos en persona, hacerse selfies y entregarle recuerdos y regalos.

Las intervenciones del psicoanalista Luciano Lutereau y del escritor y periodista Reynaldo Sietecase tuvieron también una convocatoria inesperada para la organización y más de la mitad de los espectadores se quedaron sin lugar en las salas.

En cuanto a las ventas registradas, editores y libreros estimaron que vendieron entre un 30 y un 40 por ciento más que la última edición y coincidieron en que son números alentadores «ante un contexto económico difícil, con aumentos en los precios de los libros y los materiales como el papel». En ese sentido, los organizadores promovieron convenios con distintos bancos para generar opciones de financiación y descuentos de hasta un 30 por ciento en las compras en stands de librerías y editoriales.

Si bien las cifras no son definitivas, el stand que más vendió por su «variada oferta» y sus «precios competitivos» fue el de la Biblioteca Nacional (BN), que en su primera participación dentro de la feria rosarina debió renovar stock por la gran demanda de sus ediciones.

Por su parte, el coordinador de la Feria, Marcelo Scalona, dijo que «la cantidad de gente que circuló por el predio superó las expectativas y como esta es una feria también de la industria y las ventas fueron muy buenas, estamos más que felices».