Durante el primer semestre del 2021 la cantidad de locales vacíos en Rosario aumentaron un 32,5 por ciento y resulta el número más alto de los últimos diez años. La mayoría de ellos son pymes que se encontraban en la zona del centro.

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La prologada crisis económica que sufre desde hace años el país y el impacto de la pandemia del Covid-19, sumado a los altos porcentajes de inflación de este último año, han dejado a los pequeños comercios en la cuerda floja hasta el punto tal de tener que bajar las persianas de sus lugares físicos.

De este modo, desde febrero a agosto de este año, los alquileres de los locales comerciales cayeron como fichas de dominó, sin ver, a corto plazo una perspectiva de recuperación.

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“Esto tiene razones que no se pueden ocultar y tiene que ver con la ausencia de políticas públicas por parte de los tres niveles del estado; no entienden en términos de prevención, de resolver problemas estructurales de la economía, de territorio con políticas públicas. Invierten el dinero en cosas que no tienen que ver con evitar los cierres y no participan”, remarcó el Presidente de la Concejalía Popular, Nire Roldán.

En total, son más de 2 mil locales comerciales que cerraron sus puertas y que vieron como alternativa mutar a espacios de comercialización solidaria, venta directa en domicilios, o en puestos en la Ferias de la ciudad de Rosario (como por ejemplo la Feria de Rouillón en zona Oeste, la de Casiano Casas, las Ferias del Parque Sur, la de la Plaza de Ludueña y la de Barrio Las Flores como así también las de la zona de los parques centrales de la ciudad, entre otras).

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“Es hermoso que haya economía social, pero de ninguna manera tiene que ser una sangría del motor de la economía de la región, que son las pymes”, señaló en ese sentido, Roldán.

La mayor ociosidad se da en la zona del macro centro de Rosario y en la mayoría de los casos permanecen desocupados desde hace más de un año. Aunque el mayor crecimiento fue en los últimos seis meses.

En tanto, de acuerdo a los datos aportados por la Concejalía Popular, es notable el cierre de bares históricos y tradicionales o que han tenido que cambiar su modalidad de trabajo, afectando también a las fuentes de trabajo.