Una nota enviada por el papa Francisco al secretario general de la Asociación Empleados de Comercio de Rosario, Luis Battistelli, trae consigo la bendición que hace extensiva a todos quienes posibilitaron que la Ley de Descanso Dominical esté hoy promulgada en la provincia de Santa Fe.

Como se sabe, el Papa ha expresado en reiteradas oportunidades su posición contraria a trabajar en día domingo. Vale recordar que durante una visita a la Universidad de Molise, en Italia, sostuvo que “el hecho de trabajar los domingos no sólo afecta a los creyentes, sino que afecta a todos”.

También en otra consideración, llamó a “conciliar el trabajo con el tiempo familiar” y señaló: “Tal vez es el momento de preguntarse si trabajar los domingos es una verdadera libertad”.

A los trabajadores que seguían atentamente sus palabras, finalmente Francisco los instó a “pasar más tiempo con sus hijos y jugar con ellos”, posibilidad que a su juicio “se está perdiendo”.

La nota enviada por el Papa es en respuesta a una carta que, en noviembre del año pasado, Empleados de Comercio le hizo llegar y en la cual, a la vez de informarlo sobre la Ley de Descanso Dominical en la provincia de Santa Fe, le solicitaba “su bendición para que nuestra legítima lucha tenga un final feliz y también que nos acompañe en este camino al que no vamos a renunciar”.

El Papa recibió la nota del gremio mercantil a través de una gestión personal del arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Martín, y fue respondida en nombre de Francisco por uno de sus asesores, monseñor Peter B. Wells.

La misma expresa textualmente:

“A través de los buenos oficios de monseñor Eduardo Eliseo Martín, arzobispo de Rosario y de la Nunciatura Apostólica en ese país, ha tenido a bien enviar al Santo Padre una atenta carta en la que manifiesta sus sentimientos de filial afecto y adhesión, informándole además de las iniciativas de su Asociación.

Por la presente, me complace transmitirle los sentimientos de gratitud de Su Santidad el Papa Francisco por este elocuente gesto de cordial cercanía, al que corresponde con un particular recuerdo en su oración, para que el Señor le conceda abundantes gracias que le ayuden a vivir con renovada entrega sus compromisos de vida cristiana. Y, a la vez que le suplica que rece por él y por los frutos de su servicio a la Iglesia, le imparte de corazón la implorada Bendición Apostólica, que complacido hace extensiva a cuantos se han unido a esta iniciativa”.