Nada indica que la sesión de este jueves del Concejo tenga trascendencia para la cotidianidad de los rosarinos. La semana comenzó con el funcionamiento de solo dos comisiones, el resto de ellas no logró alcanzar el quorum necesario para iniciar su funcionamiento. Los despachos a tratar son de alcance menor excepto que luego de la reunión de la Comisión de Asuntos Parlamentarios, previa a que los ediles bajen al recinto  de a luz -e inesperadamente- el tratamiento de algún tema de relevancia hasta hoy insospechado.

El balotaje tiene a gran parte de los concejales ocupados por los comicios del 22 de este mes. Los pasillos vacíos del Concejo dieron un indicio mas que elocuente de que algo está pasando. Y parece ser que la prioridad esta en poner los porotos en la campaña que esta en curso y que tiene como contendientes al bonaerense Daniel Scioli por el Frente para la Victoria y a Mauricion Macri del PRO, por el Frente Cambiemos.

Se supo que la mayoría de los concejales que integran el bloque de Unión Pro han redireccionado su atención y viajaron a Buenos Aires para reforzar las huestes de trabajo que están operando en territorio donde se libra «la madre de todas las batallas».

En la sesión de este jueves se aguarda el tratamiento de tan solo 8 despachos de 2 comisiones, 4 correspondientes a la Comisión de Servicios Públicos, y 4 de la Comisión de Planeamiento que no revisten mayor importancia.

En tanto, la sesión de la semana próxima se encuentra seriamente comprometida, lo que da pie a determinar que solo quedarían tres sesiones hasta el 10 de diciembre, momento en el que se producirá la renovación del cuerpo legislativo por los nuevos ediles electos.

Sin embargo, lo inexplicable es que existen varios temas -pendientes- que para la vida de la ciudad sería oportuno resolver.

Inexplicablemente, aún nadie imagina cuando remitirán desde el Palacio de los Leones los 8 voluminosos tomos que contienen las previsiones presupuestarias para el próximo período. Esta herramienta resulta de de suma necesidad para que el Ejecutivo local gobierne la ciudad en 2016.

Sin embargo, tampoco es razonable pensar -porque nunca sucedió – que se votará su aprobación a libro cerrado, ningún legislador que piense darle serio tratamiento estará en condiciones de afirmar que tendrá un criterio formado para las inminentes sesiones del 17 y la del 23 de noviembre.

Tampoco, es descabellado pensar que si esto sucede, quienes asuman como concejales puedan dar un respuesta antes de las primeras sesiones extraordinarias de febrero del año siguiente.

En tanto que el proyecto de Alcohol cero, promovido por Jorge Boasso estaría lejos de encontrar su aprobación en lo que queda del período que finaliza a fin de año. Sucede que recientemente el legislador se reunió con padres que le reclamaban flexibilizar el índice de la graduación alcohólica, llevándolo 0,1%. Por lo que resultó más criterioso no bajar los índices sino incrementar los controles para evitar dolores de cabeza.

El autódromo de Rosario no tuvo viento a favor, pues se tuvo que desechar la posibilidad que se realice la última carrera zonal, pero sí hubo propuestas de que se corran las cuatro categorías nacionales el año próximo. Para lo cual se deberá hacer constar en un informe que se terminó la construcción de obras de insonorización y un grupo de obras menores que hasta el momento se encuentran a medio camino de ser concretadas.

El pliego de Transporte, espera, aunque ya fue consensuado en la Comisión de Servicios Públicos y tuvo despacho favorable, pasó a la comisión de Gobierno que resta que se expida, ya que está en su poder, pero las fricciones surgieron luego que se conoció que la cláusula de Reajuste Automático para establecer el precio del boleto (por la inflación) que propuso Osvaldo Miatello, fue incorporada al pliego, ante el argumento de que si se permitía instrumentar este mecanismo por medio de una ordenanza, esta estaría amenazada puesto que podría derogarse y, se volvería a las interminables y engorrosas discusiones, que sometió a la población a dos paros de transporte.

Lo cierto, es que esta realidad ha empantanado la discusión sobre cual es la mejor solución porque existen temores de que se vaya de las manos del poder político el costo de la tarifa, hasta tanto no se defina quien conducirá los destinos políticos del país y se avizoren las señales económícas necesarias para definir el tema.

La preocupación no es menor si se tiene en cuenta que el pliego de Transporte establece que la empresa que preste el servicio lo hará por diez años, pero con una ecuación económica que como oferente le permitió acceder al negocio de la explotación y en condiciones contractuales que no se pueden someter a revisión permanente por parte del poder político local.

No hay premura de tratar con urgencia nada, ni se observa el nerviosismo de los inquietos por encontrar un resultado que satisfaga la vehemencia que caracterizó otros momentos del período 2015. Todo hace pensar que el resultado del 22 condicionará la agenda política y la prioridad en el abordaje de muchos temas que aún «duermen el sueño de los justos».

Foto:Florencia Vizzi