La situación que sufre el bar cultural Stop in Brazil es preocupante. Desde hace varios meses, vecinos de un hotel lindero arrojan proyectiles contra los concurrentes al local, y pese a que desde el espacio ya realizaron varias denuncias nunca han recibido una respuesta por parte del Estado.

Es por esto que a modo de reclamo, desde el bar y en conjunto con el Ecur (Espacios Culturales Unidos de Rosario) lanzaron la “Noche de los Cascos”, una original forma de protesta en donde varios se acercaron a pasar la noche del miércoles con un casco en la cabeza.

“La idea de los cascos es un símbolo de protección frente a los desamparos que tenemos del Estado en cuanto a prevención de no poder realmente abrir y tener actividades normales sin estar continuamente en riesgo”, afirmó a Conclusión Hernán Franicevich, representante del Ecur. “Nosotros no tenemos cómo decirle a un vecino que deje de tirar proyectiles, es el Estado quien debe hacerlo y quien debe proveer una estrategia para evitar estas cosas”, agregó.

Sandra, dueña del bar ubicado en Rivadavia al 2663, sostuvo que la convocatoria es para visibilizar que les “están tirando proyectiles desde el hotel lindero de al lado desde hace una larga data”, teniendo las denuncias pertinentes hechas y de las cuales “todavía no hubo respuesta”.

“Queremos que se visualice el caso, por eso son los cascos, para que no pase otro accidente igual al de La Chamuyera”, sostuvo Sandra, y precisamente quien fuera gravemente afectada en aquel incidente, Daiana, se hizo presente en esta iniciativa.

«Es mi primera salida sin mi mamá, ya que yo siempre hasta ahora iba a la casa de mis amigos y todo con ello. Para mí lo del casco es muy simbólico por lo que fue mi golpe. Quizás si yo tenía un casco no me partían la cabeza y no me arruinaba la vida como me la arruinó”, afirmó Daiana a Conclusión, a 7 meses de su repudiable incidente y siendo esta, según ella lo cuenta, la primera salida de su casa sola, ya que su madre la acompaña a todos lados desde el hecho.

“En ese tiempo pude pensar un montón, atravesar un montón de pasos y fortalecerme para empezar a dar lucha a estas cosas, que no son sólo ataques por ataques sino también ataques a los centros culturales, porque no es casualidad que siempre pasen en centros culturales estos ataques violentos. Si fuera por ruidos molestos debería haber denuncias realizadas”, dijo Daiana.

De igual manera, Sandra remarcó que los proyectiles no son por ruidos molestos: “En once años no tengo una sola denuncia por ello. Los únicos vecinos que tenemos es el hotel porque del otro lado tenemos un terreno baldío. Nosotros somos un espacio cultural que cumple las normativas de la Municipalidad y con el permiso correspondiente. Es un acto malicioso 100%. Pedimos la presencia del Estado y que se haga justicia”.

Finalmente, Hernán Franicevich recordó que el incidente de Daiana se tiene muy presente, y que “no sólo no cambió nada (desde el hecho) sino que el agravante es que a partir de un episodio tan trágico como el de Daiana, que por suerte está viva, el Estado no atiende a las denuncias”.

“Así que no cambió nada, y empeoró. Hoy nosotros tendríamos que tener un móvil de control y convivencia en la puerta, como nos habían prometido, y no está. Esto va a terminar en otra tragedia a menos que el Estado haga lo que tenga que hacer”, cerró el representante del Ecur.