Desde el Arzobispado de Rosario emitieron un comunicado en el que manifiestan su preocupación y dolor, ante la decisión del Concejo Municipal de Rosario de aprobar una ordenanza mediante la cual se «resolvió dirigirse al Gobierno de la Provincia de Santa Fe para que, a través de los Ministerios de Educación y Salud de la Provincia, se remuevan los símbolos e imágenes religiosas instaladas en escuelas y hospitales públicos y/o pertenecientes a la Provincia de Santa Fe con jurisdicción en la ciudad de Rosario».

En el escrito, que lleva la firma de Monseñor Emilio Cardarelli, los religiosos sostienen que tomaron la noticia con «mucho asombro también dolor y tristeza» de que el cuerpo colegiado local haya avanzado con esta iniciativa.

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En el mismo, sentido destacaron al respecto que «cabe señalar que innegablemente toda nuestra Patria, su geografía, su historia, su cultura, en una palabra, nuestra identidad, está atravesada por la presencia de Cristo, y la devoción a su Santísima Madre. Evidentemente no se trata aquí de la Iglesia y de su relación con el Estado, sino de afirmar que los símbolos e imágenes que expresan nuestra identidad cultural en modo alguno pueden ser atentatorios contra la libertad religiosa y de conciencia de los ciudadanos o contra el carácter laico de la educación pública».

Además, recordaron que «todos los ciudadanos, en particular los Concejales y los titulares de los Ministerios aludidos en la Ordenanza, al asumir el cargo juraron respetar y hacer respetar la Constitución de la Provincia de Santa Fe que, en su artículo tercero establece: “La religión de la Provincia es la Católica, Apostólica y Romana, a la que le prestará su protección más decidida, sin perjuicio de la libertad religiosa que gozan sus habitantes”.

«Por otra parte -se preguntaron desde el Arzopbispado- si es el momento para que nuestros Concejales, que por unanimidad hace escasamente dos meses votaron la emergencia social, distraigan sus energías en un tema como este en vez de buscar promulgar normas sabias y prudentes que contribuyan a la erradicación del narcotráfico, la drogodependencia, la violencia que asola la ciudad, o el tema alimentario, y otros temas de urgente solución para toda la comunidad».

Finalmente, desde el Arzobispado llamaron a considerar que «Nuestra Señora del Rosario, ha dado el nombre y es Patrona de la ciudad,» y rogaron a la virgen que «interceda para que como rosarinos no olvidemos los valores de entrega y amor que contemplamos en Cristo Crucificado y en su Santísima Madre y que han marcado lo más genuino de nuestra cultura, y para que en esta hora, gobernantes y gobernados, privilegiemos ante todo la cercanía a los pobres, débiles y sufrientes», concluyeron.