Diana Maffía es doctora en Filosofía y dirige el Observatorio de Género en la Justicia del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires. Este viernes estuvo en Rosario para participar de la primera jornada de capacitación del «Programa de formación obligatoria en género», a cargo de la filósofa en el marco de la Ley Micaela.

Sobre los motivos que la llevan a aceptar la propuesta del intendente, la académica dijo: “El marco político que pretende es un marco de derechos humanos y perspectivas de genero, quería darle a esa perspectiva de género una impronta feminista”.

“Creo que la idea de que esta capacitación sea conjunta con el sindicato, trabajadores del municipio y el Concejo Municipal que incluya la voluntad política, que participe el Ejecutivo nos da una función compleja de las decisiones estatales eso me parece promisorio”, continuó.

>Te puede interesar: Pablo Javkin encabezó la primera capacitación por la Ley Micaela

“El desafío sería el modo en que esas políticas se conectan con las demandas sociales, que muchas veces se concretan como reclamo o movimientos comunitarios que tienen que ser traducidos, que tienen que participar en el seguimiento de las políticas que van a impactar sobre ellos y ellas y esta es la parte que hay que construir porque requiere de confianza social y la confianza social se construye, no se otorga gratuitamente. Se otorga trabajando y viendo los resultados positivos”.

Hay muchas condiciones en las cuales las mujeres estamos en situaciones de debilidad, muchas veces las que llegamos a la función pública o a la academia llegamos con ciertas fortalezas que también hay que reconocer como privilegios y pensar que un movimiento de mujeres que puedan verse libres de violencias requiere muchísimas estrategias. Yo vengo de la academia pero valoro mucho el activismo social, el trabajo de base, los trabajos comunitarios y quiero que esos trabajos sean jerarquizados y esos saberes se integren a la política en un diálogo que sea más complejo”, expresó Maffía.

 

Día de la Mujer

Sobre el Día Internacional de la Mujer que se avecina este domingo, la especialista en temáticas de género manifestó: “Este día de la mujer nos encuentra en un lugar muy complejo como sociedad porque hay un avance muy concreto en derechos humanos”.

“En la apertura de sesiones que hizo el presidente en el Congreso se mencionó algo que es una expectativa ya de larga data del movimiento de mujeres, desde el retorno de la democracia que es el derecho al aborto legal, seguro y gratuito”, agregó.

Aborto

“Hay una voluntad del Ejecutivo pero hay una construcción colectiva del movimiento de mujeres y en la legislatura se tendrá que producir ese diálogo. Tiene chances de ser aprobado, porque tuvo sanción positivas en diputados el año pasado y porque creo que hay un contexto político para poder acompañar las decisiones”.

“Las presiones son enormes, antes de que llegue el proyecto ya hay un lobby muy fuerte sobre senadores sobre todo, porque los senadores responden a las provincias, no responden a partidos políticos y las provincias, algunas de ellas tienen relaciones de mucha dependencia con el poder religioso. Y también hay un poder religioso que a veces hegemoniza opiniones que no son ni siquiera las de sus feligreses y feligresas, cuando analizamos que mujeres se practican abortos, muchas van a decir soy católica no poder extorsionar a una mujer diciéndole o tenés la espiritualidad y el sentido de trascendencia y la fe que querés y renuncias a tus derechos reproductivos o tenes tus derechos reproductivos y renuncias a tu fe porque es una extorsión que no merecemos que sea impuesta por una institución que sólo tiene varones”.

Entonces están tomando decisiones muy crueles sobre corporalidades que no portan y experiencias que no tienen entoncers me parece que allí hay un diálogo que tenemos que hacer”.

“Quienes comenzaron esta campaña son católicas por el derecho a decidir así que hay una espiritualidad , una trascendencia una fe que no se trata de negar, se trata de conciliar con las decisiones y las libertades que las mujeres tenemos incluso en cuestiones de fe. La conciencia de las mujeres, la posibilidad de decidir conflictos que son muy personales y muy íntimos es una conciencia a la que se le debe reconocer libertad personal eso es así también en la religión”.

“La idea de que las mujeres no podemos tomar una decisión de conciencia. Yo tengo una visión muy particular del aborto, creo que es un conflicto de derechos, no niego el derecho a la vida del embrión pero sí creo que ese derecho está conflicto con el derecho de la mujer. Cuando una mujer se ve enfrentada a un embarazo que no desea e incluso es capaz de arriesgar su vida en función de cumplir otros derechos que el derecho a la vida del embrión, cuando una mujer llega a eso tenemos que ver la fuerza que tiene esta negativa a ejercer una continuidad de la gestación y de la maternidad”.

“No se le puede forzar como alternativa que tenga el hijo, que lo geste, que lo dé en adopción porque es absolutamente inhumano proponer algo así y considerar un cuerpo gestante meramente como algo sin alma, sin decisión y sin capacidad de autonomía. Si nosotros pensamos si la sociedad respeta a las mujeres como seres autónomas capaces de tomar decisiones sobre sus vidas esa autonomía se tiene que expresar en una confianza en que ante un embarazo buscado o no las mujeres deliberamos si tenerlo o no y el Estado debe acompañar cualquier proyecto de gestación o no gestación que la mujer tenga”.

“Todo proyecto sobre su capacidad reproductiva debe ser acompaño por el Estado. Es la última puerta de autonomía que se nos niega”, cerró sobre el tema.

Femicidios

“Hace 25 años que no se hace una plataforma de obligaciones del Estado con respecto a los derechos de las mujeres a nivel mundial. No es algo que ocurre solo en Rosario o en Santa Fe o en el país, se esta viviendo mundialmente el retroceso con respecto a los derechos de las mujeres que fueron manifestados incluso, frente a Naciones Unidas”.

“Un Estado que prevenga la violencia tiene que intervenir en todos los órdenes de la vida, no se trata de una hombre que mata a una mujer, se trata una estructura estatal que ha dejado en absoluta falta de respaldo y poder a esa mujer. El tomar la vida esa mujer es el último eslabón de haber tomado todos sus derechos previamente”.