Por Alejandro Maidana

No existe un lugar en la actualidad que no lagrimee en su cotidiano andar. La desesperanza, la frustración y el dolor, son los invitados indeseados de una mesa que tiene como plato principal al olvido y la exclusión.

Una política económica implacable que actúa como yunque para con todos aquellos que empujados hacia los márgenes de la historia, siguen gritando por lo que les corresponde y les fue arrebatados por los mezquinos de siempre.

El hogar “Nuestra Casa” se encuentra enclavado en un humilde pero caluroso reducto en Campbell 173 en el populoso Empalme Graneros. Sus paredes gastadas contrastan con el esfuerzo y el amor de aquellos que despojados de todo, solo persiguen caminar por la vereda de la dignidad y la solidaridad. El lugar ayuda a unas 20 personas del barrio.

Claudio Paldini fue abandonado por sus padres a los 13 años por cometer el enorme “sacrilegio” de ser homesexual. Desde allí, la calle lo tomó por adopción, una vida plagada de golpes y resiliencia, un camino transformador que pudo compartir con Conclusión.

“Hace dos años que vengo con esto, este es un hogar que sirve de contención para personas en situación de calle. La realidad es demoledora, en lo particular padezco leucemia, y si bien estoy tratado, necesito de la ayuda del Estado para poder cargar con todo esto”, enfatizó Claudio.

 

La necesidad de contar con un lugar más amplio choca con una realidad tan cruda como descarnada. “No damos a basto, pero a donde vamos a golpear puertas las mismas se nos cierran. No recibimos ayuda alguna de Nación, Provincia ni Municipio, quiero la respuesta de algún político o representante del Estado. Solicitamos solamente alimento para poder brindarles un plato de comida a quiénes más lo necesitan, el barrio nos demanda muchísimo y no sabemos cómo responder”.

Para concluir, Claudio Paldini disparó: “No pienso bajar los brazos hasta que Dios me lleve, todo el amor y contención que recibí en el momento más difícil de mi vida, lo quiero retribuir hasta mis últimos días”.

Quién también brindó su punto de vista de la dura realidad que atraviesa el hogar, fue Mirta, usuaria del mismo: “Necesitamos muchas cosas, principalmente alimentos y camas. Hace un año y medio que estoy acá, y si bien estamos muy cómodos, nos faltan muchas cosas para poder contener a más personas que lo requieren”.

 

Dar hasta que duela, compartir lo que no sobra, eso es solidaridad.

Para comunicarse con el hogar: 4573486 / 153276500