En los jóvenes de los barrios rosarinos existen sueños y anhelos. Si bien la realidad del territorio es muy distinta a la que se vive dentro de las avenidas principales, ellos y ellas quieren vivir la juventud, tener acceso y oportunidades como tantos otros.

Pero muchas veces, la criminalidad y la violencia atraviesan esos deseos y los modifican de manera tajante, alejándolos de aquello que alguna vez pensaron ser o hacer.

Alexis tiene 21 años, pero es conocido también por su nombre artístico «Santana». En la esquina de Solis y Pasaje Jaures, en pleno Barrio Triángulo, mostró lo que sabe hacer, cantar y expresar las realidades que los atraviesan. «Vamos de a poco, pero este espacio significa mucho. Veníamos de estar metidos en muchas cosas malas pero pude tirarme a la música».

En los momentos adversos, difíciles en donde todo parece esquivo, surgen nuevas posibilidades. «Sabía rapear, empecé con celular y hacía videítos. Luego la gente me empezó a apoyar y me dije, me tiro a la música».

Los temas que componía de a poco iban apareciendo y sonando en las barriadas. «Tengo amigos que van poniendo nuestra música en las jodas. En verdad, no hago música yo solo, hay muchos amiguitos que la rompen».

Los géneros son variados y cada uno va buscando el estilo que les resuena. «En lo particular me gusta hacer rap, reggaetón y RKT. Me gusta expresar lo que pasa en la calle y a su vez poder hacer mover el cuerpo a la gente».

«Santana» encontró ese camino que lo liberó y le hizo cambiar el rumbo. «Se siente bien que la gente te escuche y te apoye», concluyó.

Alberto Romero es el presidente de la Asociación Civil «Unidos por Cabín» y el encargado de propiciar que esos espacios de encuentro entre los jóvenes se terminen concretando. «Lograr que los chicos y chicas tengan acceso a este tipo de espacios es lo más difícil. Eso es lo que más nos cuesta, es nuestra meta. Actualmente, lo llevamos adelante en los barrios, es un trabajo  del día a día».

Un grupo que crece y se va multiplicando en los distintos sectores de la ciudad. «Trabajo desde hace años con lo que sería la zona del ‘Bajo Paraná’ en Alvear, en barrio Las Flores, Tablada, Cabín 9 y Triángulo en donde además tenemos un merendero».

«En lo que refiere a la zona de Triángulo, nos encontramos con chicos que han estado en la delincuencia, y a muchos de ellos le han pagado alguna vez, para ir a tirar tiros», sentenció el referente barrial.

Para culminar, Romero agregó que «la idea es ir sacando a los chicos de esos lugares, con cosas que a ellos les gusta. Hay muchos talentos por florecer».