La familia Palacios vive en una casa precaria en el barrio Tío Rolo, zona sur de Rosario. Debido al techo de chapa, cada vez que llueve la casa se inunda, y las paredes se encuentran totalmente deterioradas por la humedad.

Por esas condiciones, el viernes pasado, durante una fuerte tormenta que azotó Rosario, en la que cayeron 52 milímetros de agua en pocas horas, sucedió la tragedia. Su hijo de diez años, mientras se encontraba jugando, sufrió una descarga eléctrica que le costó la vida, ya que la casa se encontra electrocutada debido a que el agua había ingresado por el techo de chapa.

Como si esto fuese poco, el marido de Claudia, fuente de ingresos de la familia, padece una seria enfermedad que le impide trabajar, por la cual, como la casa, su estado se deteriora cada vez más.

Para reparar la vivienda -ubicada en Avellaneda al 6600- y evitar que se inunde cada vez que se produce una tormenta, la familia necesita chapas, tirantes, arena, cemento para poder refaccionar el techo. Los materiales tienen un costo total de 130 mil pesos, lejos de lo que cualquier familia que subsiste día a día puede llegar a solventar.

Pero la solidaridad de la gente de a pie muchas veces debe subsanar la ausencia del Estado. Es por eso que vecinos de la zona organizan una pollada (el viernes 10 de febrero) y un torneo de fútbol (el sábado 18 de febrero) para juntar fondos y poder refaccionar la vivienda.

«Lo que tenemos lo hicimos trabajando, pero mi marido se enfermó y él era el jefe de familia. A causa de eso no pudimos arreglar más la casa. El sábado pasado hacía una hora que le habían dado de alta del hospital a mi marido porque estaba internado y cuando llegamos a casa paso lo que pasó«, contó Claudia a entre lágrimas.

La mujer detalló que hace dos años está reclamado ayuda a distintas reparticiones estatales para poner en condiciones dignas su vivienda. «Pedimos ayuda a Desarrollo Social, nunca nadie nos dio respuesta», agregó en diálogo con Conclusión. Los vecinos siempre la ayudaron y estos días “fueron los que más se movieron”, agradeció la mujer.

«Hoy sigue lloviendo y sigo estando en la misma situación«, se lamentó Claudia, quien aseguró no quiere que la casa se vuelva a electrocutar por la condición de salud que tiene su esposo. “No alcancé a arreglar mi casa y por eso yo perdí a mi hijo el sábado”.

Los Palacios son una de las miles de familias que deben vivir en condiciones habitacionales insalubres, una realidad que genera un peligro real para la vida de las personas.

Según un censo realizado por el Relevamiento Nacional de Barrios Populares (Renabap) en abril de 2019, en Rosario, unas 100 mil personas viven en 112 barrios denominados “populares”. Y de acuerdo al mismo informe, en la ciudad más de la mitad de la población no cuenta con acceso regular a dos o más servicios básicos como agua corriente, luz y cloacas.

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