La problemática habitacional en nuestro país es una materia pendiente de solución por parte del Estado. Si bien es un problema de vieja data, que afecta a la gran mayoría de los habitantes, el mismo se ha agravado en los últimos años, ya que tras la devaluación, el precio de los alquiles han aumentando en un 80 a 100% al momento de renovar un contrato de 2 años o más.

Esta situación ha afectado a quienes no pueden acceder a una vivienda, y aumenta la demanda de inmuebles para alquilar, elevando sideralmente los valores y expulsando a los ciudadanos a las periferias sociales y geográficas de la ciudad.

Una encuesta realizada en enero de este año por el Observatorio de  la Vivienda Digna  perteneciente a  la Concejalía Popular, reveló que el 39 por ciento de las personas viven en pensiones y lo hacen por no poder renovar los contratos de alquiler de sus casas o departamentos, debido a los aumentos excesivos que impactaron en los últimos meses en el valor de las rentas.

En dicho informe, se tomó como referencia a los 145 hospedajes habilitados de la ciudad que abarcan una población cercana a los 3.200 habitantes.

Situación de las pensiones en Rosario:

Si bien los precios solicitados para una habitación oscilan entre $1200 y $4000 por mes, dependiendo de la categoría de la misma o los servicios que este valor incluye, el valor promedio para una habitación en Rosario es de $1636, dato que demuestra, que como en los contratos locativos, los precios se han disparado en los últimos años, ya que si comparamos este valor promedio con datos del año pasado arroja que el aumento es del 67%, dado que para la misma fecha del 2015, el valor promedio era de $1040.

Por otro lado, cabe aclarar que sólo el 25% de las pensiones encuestadas tiene hoy vacantes para albergar a nuevos residentes, en el resto la mayoría estima que su población es permanente y que esporádicamente se producen bajas entre sus habitantes, entre éstas un mínimo porcentaje deja entrever la posibilidad de un lugar de aquí a 15 ó 45 días.

El promedio de habitantes por establecimiento supera el de 15 personas, mientras que el número de habitaciones es casi de 7 por edificio. Por lo que la relación existente es de 2,3 personas por cuarto.

Sólo en dos de los locales relevados sus residentes pueden gozar de los beneficios del baño privado, el resto cuenta con un promedio que apenas supera el número de dos baños para la totalidad de sus moradores, el número de cocinas en promedio es similar a la de los baños, con la salvedad de algunas casas más coquetas que cuentan con anafe. Con respecto a las habitaciones en el 40.7% de las pensiones son a compartir, el 44.4% cuenta con habitaciones privadas y el restante 14.9% tiene composición mixta.

En dicho informe también se puede afirmar que al igual que sucede con los alquileres, aquí también se encuentran trabas para acceder a un dormitorio, ya que el 81.5% de las casas encuestadas solicitan requisitos para ingresar, que van desde depósitos en garantía, a edades que son limitantes, o la presentación de un certificado de empleo o de estudio.

Otro requisito excluyente parece ser el sexo, ya que el 22.2% solo acepta mujeres, el 55.5% no acepta niños, el 7.4% está compuesta por sólo moradores de sexo masculino, también el 22.2% sólo aceptan estudiantes ( en esta categoría en algunos casos solo estudiantes varones y en otros solo mujeres) y sólo el 18.5% no presenta ninguna traba para ingresar o no la manifestó en el momento que fue relevada.

Además, en todas las pensiones donde se permite el ingreso con niños las vacantes están agotadas, lo que hace más dificultoso el acceso si se trata de una familia con hijos.

Con respecto al estado de las mismas, se pudo comprobar que un número muy minúsculo de los locales visitados tendría la habilitación correspondiente según Ordenanza Municipal lo que significa que, más del 41% se encuentra en un estado de funcionamiento deficiente (29.6%) o muy deficiente (11.1%), mientras que el 40.7% se encuentran en un buen estado y sólo el 3.7% en un estado ideal y el 14.8% restante estarían en un estado aceptable.