El debate por la llegada de Uber a Rosario no cesa. Desde hace unos años la aplicación de movilidad busca hacer pie en la ciudad, pero hasta ahora no ha obtenido el visto bueno del Municipio ni el Concejo.

Taxistas pusieron el grito en el cielo ante la posibilidad de la aprobación de esta app realizando manifestaciones en la puerta del Palacio Vasallo. Incluso ante el avance sin permiso de la empresa en Rosario, la Dirección de Tránsito realizó controles secuestrando vehículos que se dedicaban al transporte de pasajeros.

Ante esta situación, la concejala Renata Ghilotti de Juntos por el Cambio mostró una voz disidente y propuso regularizar la situación de los conductores de Uber y otras aplicaciones en la ciudad.

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Ghilotti manifestó su total desacuerdo con la persecución y el trato de “delincuentes que se le dio a los rosarinos que buscaban en Uber una salida laboral” e ingresó formalmente en el Concejo un proyecto que permitiría la regulación y la llegada de esta y otras plataformas digitales.

«Queremos avanzar en una regulación que, sin perjudicar al resto de los sistemas, nos permita generar empleo, inversiones y nuevos fondos para mejorar el servicio de taxis. Un reclamo que comparten la mayoría de los rosarinos”, explicó la edil, para quien «estas aplicaciones se imponen en la sociedad por su uso y la insistencia de algunos en seguir buscando el momento político indicado solo sirve para perder el tiempo”.

La Ordenanza presentada por la referente del PRO en la ciudad, que cuenta con su homólogo en la Cámara de Diputados firmado por Gabriel Chumpitaz, se compone de un total de 33 artículos entre los que se destacan: la creación de una Tasa Especial por prestación del Servicio de Transporte Privado de Personas a través de Aplicaciones que será destinada al fondo compensador del transporte y al sostenimiento del sistema público de taxis, un nuevo esquema de exigencias mayores en cuanto a características de las unidades y para con los chóferes; y la salvedad de que, bajo ningún concepto podrán operar directamente en vía pública y su utilización estará circunscripta a las contrataciones mediante plataformas.

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Con respecto a la posición de sus compañeros en el Concejo y del municipio, la edil manifestó: “no estar de acuerdo con la idea de aumentar las multas a los chóferes de aplicaciones«, y se preguntó: ¿Puede el municipio dedicarse a perseguir choferes de Uber con la enorme cantidad de problemas sin resolver en materia de control? ¿No es mejor darle a los rosarinos la oportunidad de elegir libremente cómo moverse y mejorar el resto de los sistemas a partir de nuevos ingresos?

Para finalizar y en relación a las críticas recibidas por parte de conductores y asociaciones de taxis en redes sociales, Ghilotti remarcó: «Buscamos evitar la precarización que tanto denuncian los taxistas. Las ciudades que optaron por barrer bajo la alfombra continúan con la misma discusión desde hace años. Solo la regulación nos dará la salida para proteger el empleo y mejorar la totalidad de los servicios que se prestan en la ciudad”.