El Salón Rodolfo Walsh de la sede de Gobierno provincial fue el escenario del Iom HaShoá Vehagvurá, un acto en conmemoración por el Día del Recuerdo del Holocausto y el Heroísmo que se cumple cada 27 de Nisán en el calendario hebreo. La presencia en esta ocasión de la sobreviviente Mónica Dawidowicz, brindando testimonio del horror que le tocó vivir en carne propia, aportó una carga emocional aún más fuerte a un contexto en el que la memoria se erigió como principal bastión.holocausto4

Nacida en 1941 en la ciudad de Lida, en aquel entonces perteneciente a Polonia y hoy a Bielorrusia, Mónica transcurrió toda su infancia sobreviviendo de la forma en que se pudiere al indignante horror que millones de judíos sufrían a su alrededor, y el resto de su vida dedicada a descubrir su verdadera identidad; esa que tanto ella como muchos otros tuvieron que esconder para poder vivir.

Su llegada de forma clandestina a la Argentina; el encuentro con su hermana perdida; la pérdida de familiares y las circunstancias que tuvieron que atravesar en su lucha por vivir, ya sea recluidos en un gueto, dando a sus hijos a otras familias con otra identidad o bajo el holocausto5simple hecho de que la vida y la muerte se llegue a debatir en elegir si tomar la izquierda o derecha en un camino por el que los nazis los obligaban a marchar.

Una fuerte historia de vida, cuyo testimonio espera sirva para que nunca más exista un holocausto, que nunca más haya genocidios, ni xenofobia, antisemitismo, ni discriminación, y como un mensaje para luchar por esas consignas y por la tolerancia, y que la comunidad internacional aprenda «a vivir en paz y comprendiendo y entendiendo el uno al otro».

Sobre su presencia, el rabino de la Kehilá de Rosario, Pablo Iugt, opinó en diálogo con Conclusión que fue muy importante ya que «uno no sabe hasta cuándo vamos a poder tener la opción de contar en vivo, cara a cara, mirándonos a los ojos, con una sobreviviente, que de una primera mano nos pueda transmitir lo que ella vivió, lo que ella sufrió».holocausto2

A su vez, también consideró que de cara al futuro se transmite «un gran desafío»: «Se transmite un gran desafío de lo que va a pasar el día que no queden más (sobrevivientes) y seamos nosotros los que tengamos que estar contando o transmitiendo para que el ser humano nunca más quiera denigrar a otro por raza, por cultura, por alguna religión, por alguna idea política, y que podamos aprender a convivir en paz y construir un mundo mejor».

Respecto al día en sí, el rabino Iugt aseguró que sus sentimientos son de tristeza, «por todo lo que pasó», pero que a la vez siente «una responsabilidad muy grande» en el sentido de «poder transmitir al día de hoy después de varios y varios años de que la guerra terminó todo lo que pasó, cada una de las historias trágicas que los sobrevivientes pasaron, que aquellos que no pudieron sobrevivir pasaron también», y «por sobre todas las cosas mostrar que atrás del número emblemático de los seis millones asesinados había seis millones de personas, de sueños, de anhelos, que infelizmente quedaron truncados, y nuestro legado es que no quede eso en el olvido para que no mueran por una segunda vez».

Otra de las presencias importantes de la noche fue la de la intendenta rosarina Mónica Fein, quien destacó la importancia de mantener viva la memoria para que estos hechos atroces no vuelvan nunca a cometerse, y de un compromiso muy fuerte para construir un mundo en paz en el que los buenos valores se impongan siempre.holocausto3

El acto comenzó con una breve introducción a la fecha, recordando su motivo en honor a todas las víctimas de la Shoá o la «persecución y el asesinato sistemático burocráticamente organizado y auspiciado por el Estado nazi alemán y sus colaboradores» y con las interpretaciones del himno nacional argentino a cargo de Jonathan Kohan, cantor litúrgico de Kehilá Rosario; el himno del Estado israelí, por una integrante del coro sinagogal Víctor Lein; y la entonación de una oración de recuerdo por parte de Pablo Iugt.

Además participaron jóvenes como del movimiento juvenil Hejalutz Lamerjav, que leyeron el «Izkor» de Abba Kovner y dieron un mensaje en nombre de la juventud.

Uno de los momentos más simbólicos de la noche fue la encendida de seis luminarias, en recuerdo a los seis millones de judíos asesinados holocausto6por la barbarie nazi, de la que participaron la intendenta Fein e integrantes de la comunidad.

Posteriormente, Mónica Dawidowicz tomaría la palabra y durante media hora relataría su vida ante los presentes, con la atención, el interés y la emoción del Salón entero.

El cierre estuvo a cargo del Coro Sinagogal Víctor Lein, quienes interpretaron el Himno de los Partisanos. Finalmente, se recordó que «este es el momento para tomar conciencia y actuar en oposición a toda forma de discriminación y racismo», y que «la memoria no debe consistir en recordar el silencio», ya que su tradición les «enseña que el dolor es motor de cambio, de compromiso, de lucha y de vida».