Desde muy temprano este lunes, la comunidad qom de barrio Empalme Graneros despide con inmenso dolor al nene de 11 años que en la madrugada de este domingo recibió un disparo en un violento ataque a balazos en zona de Cabal al 1300 Bis. La ceremonia se realizó en el club Los Pumitas, en Ottone al 1300 Bis, con fuerte presencia policial.

La tía de Maxi, dialogó con los medios y relató a Conclusión, entre otros, que estaban en su casa comiendo pizzas y los chicos salieron a comprar algo para tomar terere. «Había un auto negro que pasaba y empezó a tirar contra todos los chicos que estaban ahí», dijo entre lágrimas. «No era un cumpleaños ni nada, estábamos en casa porque yo hago pizzas caseras y los chicos estaban ahí. Porque nuestro barrio es humilde, con techos de chapa, y no nos dormimos hasta tarde esperando el fresco».

Alrededor de las 2 de la madrugada del domingo, los chicos estaban con sus familiares comiendo unas pizzas y salieron a la puerta para ir a comprar unas gaseosas. En ese momento, pasó un vehículo desde el cual abrieron fuego en forma indiscriminada. Las balas, impactaron en el cuerpo de Maxi, que llegó al hospital Zona Norte sin signos vitales, y dejó heridos a otros dos chicos de 13 años y a una nena de 2. Uno de ellos, primo de Máximo, está también muy grave en terapia intensiva.

Con la voz quebrada, la mujer señaló que son «gente honesta y no le piden nada a nadie». «Nosotros somos gente honesta, trabajamos día y noche, no le pedimos nada al gobierno, salimos a luchar. ¿Y ahora quien me devuelve la vida de mi sobrino? Nadie, es una tristeza la para nuestra comunidad. Estamos en crisis porque nos tocaron un chico que no se mete con nadie, que no sale a robar, que no hace daño. Y mi otro sobrino también está luchando por su vida. Máximo era un chico muy querido y conocido en la comunidad. Y aquella persona que mató a mi sobrino, espero que tenga conciencia en su familia, porque ha quebrantado a una familia que no le hizo nada y nunca le faltó el respeto».

Del velorio participó una nutrida concurrencia, familias y amigos y docentes de la escuela de la comunidad qom, que expresaron su profundo pesar por lo que estaban viviendo.

«Nosotros sabemos que los qom no somos violentos, no tomamos la violencia, por eso no entendemos lo que está pasando. Estoy acongojada de dolor, no puedo respirar con este desastre humano. Le dije a mis compañeros que tenemos que tomar fuerza desde la educación, la educación nos hace vivir en sociedad y la ignorancia provoca la violencia. Nuestros jóvenes necesitan la educación», expresó a este medio Ofelia Moreales, una de las docentes de la escuela bilingüe.

Por su parte, Julio, el papá de Maxi remarcó que en el momento que se produjeron los disparos, no había adultos en el lugar. «Eran solamente chicos, no había nadie más».