Foto: Leonardo Vincenti

 

El 22 de marzo de 2014, David Moreira, de 18 años, intentó robarle la cartera a una mujer embarazada que circulaba por la zona de Marcos Paz y Liniers, en barrio Azcuénaga, pero vecinos del lugar le dieron una brutal paliza que acabó con su vida. A más de nueve años y medio del crimen, este martes comenzó el juicio con dos acusados en el banquillo.

Al comienzo del juicio –que se lleva adelante en el Centro de Justicia Penal de Rosario– los cargos contra Gerardo G. y Cristian A. fueron los de homicidio en agresión, lo cual imposibilita una pena a prisión perpetua y establece condenas que ven de los dos a los seis años. Sin embargo, el abogado defensor de la familia Moreira, Norberto Olivares, remarcó que su intención era llegar a juicio con la carátula de homicidio agravado.

Cabe destacar que los acusados por el homicidio de David Moreira eran tres, pero en el año 2019 uno de ellos, Nahuel Pérez, acordó en un juicio abreviado una pena de tres años de prisión condicional, de forma que cumplió la condena sin ir a la cárcel.

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En diálogo con los medios, minutos antes de ingresar al juicio, Olivares manifestó: “El juicio se hace a nueve años y ocho meses del hecho. A las expectativas de que se haga justicia las tenemos a pesar de las dificultades que podrían tener los testigos para recordar cada uno de los elementos y recomponer los hechos”.

El abogado manifestó además que entre el 2020 y el 2023 el juicio “tuvo cinco postergaciones”, pero remarcó el “impulso” de la familia de David Moreira por seguir adelante con el proceso.

Al ser consultado sobre la carátula del caso, aclaró: “La primera figura fue la de homicidio agravado. La compartíamos con el fiscal Florentino Malaponte porque pensábamos que hubo alevosía, o sea, que el homicidio se había provocado sin poner en riesgo la seguridad física de los autores. Después la Fiscalía modificó esa calificación y la pasó a homicidio en agresión, que borra la perspectiva de una perpetua y establece una escala mucho menor que va de dos a seis años”.

Asimismo, Olivares indicó que hay pruebas –como llamadas telefónicas y publicaciones en redes sociales– que dan cuenta de que los dos acusados “participaron de la golpiza”. Además, dio cuenta de que también se recurrió a las cámaras de seguridad del barrio para obtener imágenes de la agresión, pero la mayoría de ellas no funcionaban o no graban los videos.

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“Nos parece que hay acumulado material probatorio como para inculparlos y en todo caso llegar a una condena”, afirmó el abogado, quien también destacó que Moreira “no tenía antecedentes”.

“Si cometió algún error o algún delito, debía resolverse en los marcos legales establecidos. De ninguna manera se puede sostener o tolerar que un delito, como un arrebato de cartera, provoque un verdadero pogromo vecinal enardecido de sed de venganza que termine en una muerte tan terrible, tremenda y traumática como la que sufrió David Moreira”, cerró Olivares.

Según testigos, Moreira habría intentado robar el bolso junto a Isaías, su cómplice, que logró escapar en moto, pero posteriormente fue condenado por el hecho. El joven de 18 años, en tanto, fue retenido por vecinos que lo golpearon en el cuerpo y en la cabeza.

Tras las agresiones sufridas fue trasladado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA), donde murió después de permanecer tres días internado.